En un giro inesperado de los acontecimientos en la política económica de Estados Unidos, el presidente Donald Trump ha redoblado sus esfuerzos para colocar a sus aliados en la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal (Fed), buscando alinear el banco central con su agenda económica. Este movimiento se produce tras la abrupta renuncia de la gobernadora Adriana Kugler, lo que le permitió nominar al economista Stephen Miran, quien podría ocupar el puesto temporalmente hasta el 31 de enero de 2026.
Conflictos de interés y resistencia de la Fed
Durante una audiencia reciente, legisladores expresaron su preocupación por un posible conflicto de intereses, dado que Miran también ocupa un puesto como asesor en la Casa Blanca. Sin embargo, él asegura que sus decisiones estarán basadas en un análisis riguroso de la macroeconomía y en el mejor manejo a largo plazo del organismo. Esta situación plantea un escenario interesante, ya que Miran se uniría a Christopher Waller y Michelle Bowman, ambos vistos como cercanos a Trump, quienes han votado en consonancia con las posiciones del presidente.
La presión sobre la Fed ha aumentado significativamente, especialmente tras la decisión de Jerome Powell, presidente del banco central, de mantener las tasas de interés en el rango del 4.25 al 4.5%. Trump ha sido vehemente en sus críticas, enviando mensajes casi diarios a Powell instándolo a bajar las tasas, y su ofensiva incluye amenazas de demandas por el costo millonario de la renovación de la sede de la Fed en Washington D.C.
Preocupaciones globales por el control de la Fed
La destitución de la gobernadora Lisa Cook, la primera mujer afroamericana en ocupar ese cargo, ha generado un gran revuelo. Ella ha rechazado las acusaciones de fraude hipotecario que justifican su destitución y ha llevado su caso a la justicia. En este contexto, más de seiscientos economistas, incluyendo varios Premios Nobel, han respaldado a Cook, instando a Trump a respetar la ley y no interferir en la independencia de la Fed.
La posibilidad de que Trump logre controlar cuatro de los siete asientos en la Junta de Gobernadores ha despertado preocupaciones en la comunidad internacional. Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo, advirtió que este escenario podría ser “un peligro muy serio” para las economías estadounidense y mundial, aunque considera que tal control será difícil de lograr debido a las restricciones legales sobre la destitución de gobernadores.
Ante este panorama, Powell se mantiene firme, priorizando la independencia del organismo y la cautela en relación a cualquier recorte de tasas, especialmente en medio de riesgos inflacionarios derivados de las políticas comerciales de Trump. La próxima reunión de la Fed, programada para el 16 y 17 de septiembre, podría ser decisiva, ya que muchos analistas coinciden en que es probable una rebaja de tasas, lo que representaría una victoria para Trump, pero sin ceder a sus presiones.
