La venta de vivienda vertical en Chihuahua ha experimentado una caída del 5%, reflejando la creciente incertidumbre económica y arancelaria que afecta la decisión de los compradores. Carlos Peralta, experto en el sector inmobiliario, ha señalado que los clientes se encuentran cautelosos y han postergado la compra de propiedades en este segmento.
Expectativas de reactivación
Peralta anticipa que la situación económica podría estabilizarse en el próximo año, lo que podría llevar a una reactivación importante entre enero y febrero de 2026. En respuesta a esta tendencia, se seguirán construyendo complejos habitacionales verticales, aunque no se prevén las grandes torres, sino desarrollos de tres a cinco niveles con precios que oscilan entre 2 y 3.5 millones de pesos.
“El mercado actual busca torres pequeñas, de tres niveles y bien ubicadas. Es un mercado pujante que continuará en la ciudad, pero con cierta reserva”, mencionó Peralta. La aceptación de la vivienda vertical ha crecido, impulsada por cambios en la composición familiar, donde cada vez más parejas sin hijos demandan departamentos céntricos.
Desafíos para los desarrolladores
Por su parte, Julio Mercado Rodríguez, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), ha manifestado que, aunque hubo un interés notable en años anteriores, este 2025 se ha caracterizado por una venta lenta en el sector. Mercado Rodríguez ha sostenido pláticas con desarrolladores que expresan dificultades para comercializar las unidades.
La desaceleración económica en el país ha generado incertidumbre entre los ciudadanos, lo que frena las inversiones en vivienda. Entre 2021 y 2024, la Dirección de Desarrollo Urbano y Ecología ha autorizado 34 complejos habitacionales verticales en la ciudad. Según Adriana Díaz Negrete, titular de la dependencia, el desarrollo de la vivienda vertical responde a regulaciones internacionales que sugieren este tipo de complejos para reducir gastos urbanos.
En Chihuahua, la vivienda vertical comienza a ganar terreno en zonas consolidadas, permitiendo a los ciudadanos reducir costos en sus finanzas personales al disminuir los recorridos hacia sus trabajos y escuelas, así como los gastos de la administración municipal en proveer servicios. Sin embargo, este tipo de vivienda aún no se ha convertido en una opción viable para personas de menores recursos, un desafío que se busca superar para hacerla accesible a todos los segmentos de la población.
Los complejos habitacionales se están desarrollando en colonias céntricas como Mirador, Cumbres, San Felipe, Emiliano Zapata y en la zona de La Cantera, donde la demanda sigue presente, aunque con un enfoque más cauteloso por parte de los compradores.