Un informe de World Vision destaca que el 59% de los estudiantes en 13 países evalúa de manera positiva las comidas escolares. Este estudio, titulado “La alimentación escolar en nuestras palabras: eligiendo nuestro futuro”, incluyó la participación de 1.235 niños, de los cuales el 61% eran varones y el 37% eran niñas, con edades entre 3 y 18 años. La recopilación de datos se realizó a través de grupos de discusión y entrevistas durante el presente año.
Según el informe, aunque una mayoría de los niños calificó las comidas como buenas o muy buenas, un 38% tiene una percepción negativa, considerándolas aceptables o malas. World Vision señala que la insatisfacción se debe a raciones insuficientes, menús repetitivos y la calidad de los alimentos. Además, la mayoría de los niños expresó que rara vez se les consulta sobre la alimentación escolar y que, cuando lo hacen, sus opiniones no son tomadas en cuenta por los adultos.
A pesar de esto, cerca de siete de cada diez estudiantes manifestaron su deseo de participar en las decisiones relacionadas con la alimentación escolar. Cuando se les preguntó qué cambiarían, la petición más común fue aumentar el tamaño de las raciones. En Zimbabue, muchos de los encuestados mencionaron que la comida se terminaba rápidamente, dejándolos con hambre.
Asimismo, los estudiantes de Brasil y Camboya se quejaron de la falta de variedad en los menús, los cuales consideraban repetitivos, lo que convertía la experiencia de comer en algo que había que tolerar en lugar de disfrutar. Solicitaron menús más diversificados, que incluyan frutas, verduras y recetas diferentes para evitar la monotonía.
La limpieza y la seguridad también fueron temas recurrentes en las sugerencias de los estudiantes, quienes pidieron mejorar el almacenamiento y la limpieza de las áreas de preparación de alimentos. Para muchos de los encuestados, la alimentación escolar no solo representa un apoyo nutricional, sino que es un factor determinante para su asistencia y permanencia en la escuela. “Cuando comemos en la escuela, no nos da sueño en clase”, afirmó una estudiante de Ghana.
El estudio también aborda la situación en Líbano, donde no existe un programa nacional de alimentación escolar. Allí, los niños compartieron sus experiencias de hambre y deserción escolar, pero también imaginaron un futuro diferente: “comidas calientes y saludables servidas con dignidad, escuelas que nutren tanto el cuerpo como la mente y un sistema que defiende su derecho a la educación”.
Finalmente, el informe resalta que los niños no son solo receptores pasivos, sino agentes de cambio que pueden presentar soluciones concretas. En este sentido, World Vision enfatiza que es fundamental considerar la voz de los menores para mejorar la alimentación escolar a nivel global. “Nuestras voces importan. Nuestra alimentación escolar importa. Nuestro futuro importa”, recalcaron los estudiantes.