El 19 de octubre de 2025, durante la asamblea de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en Punta Cana, República Dominicana, académicos y periodistas de América Latina discutieron cómo la realidad virtual está revolucionando el periodismo. La conversación giró en torno al concepto de periodismo inmersivo, un enfoque narrativo que busca ofrecer experiencias que van más allá de la simple información.
Juan David Bernal Suárez, quien dirige el Consejo Latinoamericano de Acreditación de la Educación en Periodismo y Comunicación (CLAEP), recordó que esta organización, establecida hace 25 años, tiene como objetivo cerrar la brecha entre las universidades y las redacciones. “Lo que se enseña en las universidades debe ser relevante para la industria y responder a las demandas del mercado laboral”, aseguró Bernal.
El CLAEP agrupa a 26 universidades acreditadas en toda América Latina, desde México hasta Argentina, con una cifra exacta no especificada de estudiantes. Sin embargo, enfrenta desafíos significativos, como la disminución de inscripciones y la pérdida de prestigio social en la profesión. “La persecución, la precarización y la desconfianza hacen que los padres duden en apoyar a sus hijos para que estudien comunicación”, lamentó.
Bernal también destacó la rápida transformación que las universidades deben llevar a cabo frente a la irrupción de la inteligencia artificial. “La IA está cambiando las redacciones, los modelos de negocio y la enseñanza misma. Aunque las universidades no pueden actualizar sus planes cada seis meses, tampoco pueden ignorar estos cambios”, advirtió.
Desde la Universidad de La Sabana, Juan Camilo Hernández presentó un ejemplo innovador del nuevo paradigma periodístico: “Bogar, la resistencia de los pueblos palafíticos”, un documental inmersivo en realidad virtual que invita al espectador a sumergirse en la vida de las comunidades que habitan sobre el agua en la Ciénaga Grande de Santa Marta, Colombia. Este proyecto combina periodismo, neurociencia y tecnología tridimensional para crear una experiencia sensorial completa, donde el espectador no solo observa la historia, sino que la vive.
“No se trata solo de informar, sino de transportar”, afirmó Hernández. “El periodismo inmersivo busca que las audiencias experimenten los acontecimientos de manera directa. Esto no depende únicamente de la tecnología; también puede realizarse en espacios físicos, tridimensionales o multisensoriales”.
Hernández compartió los hallazgos de un laboratorio de audiencias que comparó la recepción de su documental en versiones de escritorio y en realidad virtual. Los participantes que vivieron la experiencia inmersiva mostraron una mayor comprensión, credibilidad y conexión emocional con los hechos narrados. “Está comprobado que las personas entienden mejor, confían más y disfrutan más cuando el contenido les involucra emocionalmente”, explicó.
Al concluir su intervención, Hernández enfatizó que el periodismo del futuro debe diseñar experiencias noticiosas en lugar de limitarse a transmitir datos. “Hemos informado para la vista y el oído; ahora debemos hacerlo también para el tacto, el gusto y el olfato”.
Bernal y Hernández coincidieron en que la innovación en el periodismo no puede llevarse a cabo sin la colaboración entre universidades y medios de comunicación. “La industria debe considerar a las universidades acreditadas por el CLAEP como aliadas, no solo como proveedoras de pasantes”, subrayó Bernal, quien insistió en fortalecer los vínculos para desarrollar investigaciones y proyectos conjuntos.
El diálogo fue moderado por Gilberto Urdaneta, director de El Regional del Zulia (Venezuela), quien destacó que el CLAEP representa “la base educativa del periodismo libre en América Latina”. Al finalizar, Hernández expresó que el próximo paso es integrar la neurociencia en el estudio del periodismo, con el objetivo de comprender cómo las audiencias sienten y piensan al consumir noticias.
Finalmente, el conversatorio dejó clara la idea de que el futuro del periodismo no se define por la herramienta, sino por la experiencia humana que se genera. “Es fundamental anclarse a lo que no cambia: la verdad, la libertad y la ética”, concluyó Bernal. El periodismo inmersivo, afirmaron, no reemplaza la profesión, sino que la reencontrará con su esencia: contar historias que, además de informar, logran hacer sentir y pensar.