En el Centro Histórico de la Ciudad de México, más de 120 mil personas se dieron cita para disfrutar del desfile de alebrijes y zombis, dando inicio a las celebraciones del Día de Muertos. A las 12:00 del mediodía, con la última campanada de la Catedral, comenzó el recorrido de más de 170 alebrijes monumentales, acompañados de bandas de marcha, comparsas, ballets folclóricos, concheros y mojigangas. Este evento, que se lleva a cabo anualmente, se extendió desde el Zócalo hasta el Ángel de la Independencia a lo largo del Paseo de la Reforma.
El decimoséptimo Desfile de Alebrijes Monumentales, organizado por el Museo de Arte Popular, atrajo a miles de espectadores que llenaron las aceras de 5 de Mayo, Juárez y Reforma para admirar estas coloridas criaturas, elaboradas principalmente por familias de cartoneros y talleristas de casas de cultura. Entre los participantes se encontraba Ricardo Susmaya, quien, a pesar de perder su empleo como restaurador en la Cámara de Diputados, logró concluir su alebrije, un lobo araña volador, para ser parte del desfile.
Las creaciones variaron en complejidad, desde las más sencillas hasta el impresionante “Teatribrije” de un colectivo de talleristas de cartonería. El reconocimiento por parte del público fue palpable, con aplausos y fotografías capturadas en sus teléfonos mientras los alebrijes pasaban ante ellos. Después del desfile de alebrijes, una procesión de zombis y otros personajes macabros tomó las calles, partiendo del Monumento a la Revolución hacia la Plaza de la Constitución.
Las familias aprovecharon la ocasión para tomarse fotos y degustar frituras mientras recorrían las abarrotadas calles del primer cuadro, como Madero y 16 de Septiembre. Este evento, que se perfila para convertirse en una tradición anual, permitió a más de 120 mil asistentes disfrutar de las actividades relacionadas con el Día de Muertos, adelantadas por el gobierno de la ciudad.
En el Zócalo, los zombis, payasos, momias y catrinas se mezclaron con los visitantes de la Feria del Libro, generando un ambiente festivo. Al concluir la jornada, muchas personas optaron por continuar la celebración en cafés y bares, cerrando así una velada llena de diversión y color.