La nostalgia y la rebelión de una generación se apoderan de la pantalla grande con Autos, mota y rocanrol, la nueva película de José Manuel Cravioto, que se estrena el 11 de septiembre, justo a tiempo para conmemorar el 54 aniversario del mítico Festival de Avándaro. Esta cinta, protagonizada por Emiliano Zurita, Alejandro Speitzer, Ianis Guerrero, Ruy Senderos y Juan Pablo de Santiago, revive la esencia de aquel evento que marcó a toda una generación, desde la óptica de sus organizadores.
Una experiencia cinematográfica única
Filmada en 16mm y super 8mm, la película busca crear la ilusión de una lata de celuloide encontrada después de décadas. “Quería que se sintiera como un material encontrado, con errores y todo, porque eso le da verdad y energía”, compartió Cravioto durante la conferencia de prensa. Esta estética presentó un desafío actoral para Zurita, quien fue premiado en el Festival de Guadalajara. “No solo recreábamos la energía frenética del festival de Avándaro, también teníamos que apropiarnos de los errores técnicos del celuloide. Eso la hace única”, comentó el actor.
El director enfatizó la importancia de la veracidad histórica en la película. “Era fundamental que aparecieran los nombres reales. Definieron el fin del siglo XX en México. No hay dolo, solo la necesidad de mostrar la historia tal como fue”, agregó. Entre esos nombres destaca Justino Compeán, uno de los organizadores que, tras el caos del festival, tuvo que exiliarse. “Durante 40 años mantuvo en silencio su papel. Hoy puede por fin celebrar que fue parte de un evento que cambió la historia”, reveló Cravioto.
Un legado generacional
Zurita subrayó el valor generacional de esta historia: “Si no pudieron ir a Avándaro, porque no habían nacido, esta es la segunda mejor opción. La película está hecha para que no la veas, sino la vivas”, expresó. El filme también rinde homenaje a la música de la época, con bandas como Los Dug Dug’s, Peace and Love, El Ritual y Three Souls in My Mind, que regresan a escena, recordando la fuerza de un movimiento que incomodó al poder.
El actor Ianis Guerrero resumió el impacto del festival: “En 1968 el gobierno mató estudiantes y veía a la juventud como un peligro. Avándaro fue creado por y para jóvenes. Esta película recuerda que la juventud tiene el poder. Lo tuvo entonces y lo sigue teniendo ahora”.
Más allá de la nostalgia, la cinta plantea preguntas relevantes en la actualidad: “¿Por qué seguimos discutiendo la legalización de la mariguana? ¿Por qué la represión aún aparece en espacios públicos?”, cuestionó José Manuel Cravioto. Para el realizador de Olimpia, el cine hoy es un espacio de reflexión: “La identidad de México está hecha de historias. Si no las contamos, desaparecen. Autos, mota y rocanrol es una de esas historias que debían contarse”.
Con 450 copias, esta producción independiente busca recuperar algo más que taquilla. “Lo que nos define como humanos es lo colectivo. Así fue Avándaro y así queremos que sea esta película: un espacio compartido de memoria, música y libertad”, concluyó Cravioto.