La cuarta corrida de la Temporada Grande en la Plaza de Toros Nuevo Progreso de Guadalajara será recordada por la destacada actuación de Ernesto Javier “Calita”, quien se llevó cuatro orejas y un rabo tras lidiar con gran maestría a sus dos toros de la ganadería queretana de Ordaz.
Con una buena entrada en el coso tapatío, el evento fue testigo de la entrega de los tres toreros. Óscar Rodríguez “El Sevillano”, vestido de azul pavo y oro, abrió la plaza lidiando a “Hermano”, un toro negro chorreado de 475 kilos. Mostró su valentía al adornarse con banderillas, aunque la espada le falló. A pesar de ser alcanzado y sufrir un corte en la cabeza, regresó para despachar a su enemigo tras un aviso y recibió una cerrada ovación. En su segundo toro, “Inseparable”, no logró redondear su actuación, quedando todo en aplausos.
El maestro español Paco Ureña, ataviado de verde esmeralda y oro, se enfrentó a “Pincel”, un toro serio que prometía una gran faena, pero que no pudo concretar debido a fallos con la espada. Con “Mi compás”, de 480 kilos, poco pudo hacer ante la mansedumbre del astado, y su faena se diluyó, llevándose el silencio del público.
La gloria de la tarde recayó en Calita, quien, vestido de violeta y oro, cuajó a “IV”, un toro negro meano de 475 kilos, con temple y entrega. Su actuación culminó con una estocada en lo alto que le valió dos orejas. Cuando parecía que la emoción había alcanzado su punto culminante, el público estalló en júbilo con “Dos arbolitos”, un toro bravo que transmitió intensidad. La faena, llena de inspiración, concluyó con una estocada perfecta, lo que le otorgó dos orejas y el rabo, mientras que el toro recibió la vuelta al ruedo.
Con cuatro orejas y un rabo en su haber, Calita salió a hombros por la Puerta Grande, consolidándose como el gran triunfador de la tarde en la Plaza Nuevo Progreso.