Comer duraznos con piel resulta ser una excelente estrategia para aumentar la ingesta de antioxidantes y fibra beneficiosa. Este enfoque, respaldado por expertos en nutrición, ofrece ventajas poco exploradas que impactan positivamente en la salud general.
Beneficios nutricionales del durazno
Los duraznos se destacan no solo por su sabor refrescante, sino también por su alto contenido de agua, que alcanza casi el 90%. Esto los convierte en una opción ideal para mantenerse hidratado en climas cálidos o durante actividades físicas. Según Diane Stadler, directora de programas de posgrado en nutrición humana de la Oregon Health & Science University, los líquidos que se obtienen de frutas son igual de efectivos que beber agua. Un durazno pequeño aporta alrededor de 180 miligramos de potasio, lo que representa cerca del 5% de la ingesta recomendada diaria, haciendo de esta fruta una fuente natural de este mineral esencial.
Además de agua y potasio, los duraznos son ricos en flavonoides y carotenoides, compuestos antioxidantes que ayudan a combatir el daño celular. Mary Ann Lila, profesora distinguida en el Plants for Human Health Institute de la North Carolina State University, explica que estos pigmentos no solo aportan color a la fruta, sino que también reducen la acción de los radicales libres, responsables de la inflamación y el daño celular.
La importancia de la piel del durazno
Para maximizar el valor nutricional de los duraznos, se recomienda consumirlos con piel. Según Lila, “la mayor parte de lo bueno está en la piel”, donde se concentran la vitamina A, polifenoles y fibra, que son beneficiosos para la salud digestiva y cardiovascular. En este sentido, es crucial lavar bien la fruta antes de consumirla. Stadler sugiere enjuagar los duraznos bajo agua fría y secarlos con una toalla de papel, un método efectivo para eliminar residuos de pesticidas y bacterias.
Los carotenoides presentes en los duraznos son transformados por el cuerpo en vitamina A, esencial para la salud ocular y la función del sistema inmunológico. Un durazno pequeño aporta aproximadamente 35 microgramos de esta vitamina, equivalente al 4% del valor diario recomendado. Beth Olson, profesora asociada de nutrición en la University of Wisconsin-Madison, subraya que la vitamina A es fundamental para la renovación celular, especialmente en tejidos que se reemplazan con frecuencia, como los del sistema inmunológico y la piel.
Por tanto, incluir duraznos en la dieta no solo ayuda a mantener una buena hidratación, sino que también puede contribuir al fortalecimiento del sistema inmunológico y a la salud de la piel. Aunque la fruta fresca es la opción preferida, las alternativas congeladas o enlatadas sin azúcar añadido también pueden ser nutritivas, aunque carecen de piel, lo que disminuye su contenido de fibra y antioxidantes.