La película Un toque de amor, dirigida por Maël Piriou, desafía los estigmas y clichés asociados a la discapacidad al explorar la intimidad y el deseo de las personas con limitaciones físicas. En el marco del Tour de Cine Francés 2025, que se llevará a cabo del 11 de septiembre al 15 de octubre, esta obra se presenta como una propuesta valiente que invita a la reflexión sobre la vida, el deseo y la mortalidad.
Una narrativa auténtica y humana
Piriou asegura que su enfoque no se centra en la discapacidad, sino en la humanidad de los personajes. “No pensé en la discapacidad en primer lugar, pensé en los personajes. Por eso se siente natural: seguimos a dos seres humanos con una problemática narrativa y no estamos centrados en la silla de ruedas”, explicó el cineasta. La película, adaptación de la belga Hasta la vista, utiliza la sexualidad de personas con discapacidad como punto de partida para abordar temas de igualdad y derecho al placer.
La historia sigue a tres amigos que emprenden un viaje hacia un burdel en España, generando situaciones que combinan humor, ternura y reflexión. Grégory Gadebois, uno de los protagonistas, compartió que su preparación fue casi instintiva: “No quise ensayar demasiado los gestos, preferí descubrirlos durante el rodaje. Lo que ve el público es tan real como el aprendizaje mismo de mi personaje”. Esta autenticidad contribuye a la fuerza de la cinta.
Risa y reflexión en la pantalla
Piriou subrayó que Un toque de amor no busca sermonear sobre la discapacidad, sino presentar a los personajes en condiciones de igualdad. “Algunos me dijeron que se rieron, pero después dudaron de si estaba bien hacerlo. Esa tensión me interesa porque marca la frontera de lo que socialmente creemos permitido”, afirmó. A través del humor y la complicidad con el espectador, la película aborda la mortalidad y la finitud de la vida.
El personaje de Mélanie plantea preguntas existenciales: ¿Qué es lo esencial antes de morir? ¿Qué harías si solo te quedaran unas horas? El propio director reconoció que su experiencia en un hospital influyó en esta reflexión. “No necesariamente uno tiene pensamientos profundos al borde de la muerte; a veces son muy simples, pero esa experiencia cambió mi mirada”, confiesa.
Con imágenes rodadas en España y una atmósfera que oscila entre lo íntimo y lo universal, Un toque de amor se inserta en el Tour de Cine Francés como una de las propuestas más conmovedoras y valientes. “Al final, no se trata de la discapacidad, sino de la vida misma, de lo que nos conecta como seres humanos”, concluyó Maël Piriou.