El ministro de Asuntos Exteriores de España, José Manuel Albares, tomó la decisión de llamar a consultas a la embajadora española en Tel Aviv, Ana María Salomón, tras las fuertes declaraciones del titular de Exteriores israelí, Gideon Saar, quien acusó al Gobierno español de antisemitismo. Este tenso episodio se desencadenó en la mañana de este día.
A primera hora, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció un paquete de nueve medidas destinadas a “detener el genocidio en Gaza, perseguir a sus ejecutores y apoyar al pueblo palestino“. Esta declaración, lejos de ser recibida con complacencia, provocó una rápida y contundente respuesta del Gobierno israelí.
Reacción de Israel ante el anuncio español
Tan solo media hora después de las declaraciones de Sánchez, Gideon Saar no tardó en descalificar al Ejecutivo español, prohibiendo la entrada a Israel a dos ministras españolas: la titular de Trabajo, Yolanda Díaz, y la de Juventud, Sira Rego. Este hecho refleja la creciente tensión diplomática entre ambos países en un contexto de crisis humanitaria en la región.
La medida de España de llamar a su embajadora se enmarca dentro de un panorama internacional complejo, donde las relaciones entre naciones se ven profundamente afectadas por el conflicto en Gaza. Resulta evidente que la situación exige un análisis profundo de cada movimiento diplomático, dado que las palabras tienen un peso considerable en el ámbito político.
Este episodio subraya la polarización que existe en torno al conflicto israelí-palestino, donde las posturas son firmes y las reacciones inmediatas. Cabe mencionar que la opinión pública en España está dividida respecto a la situación, y las decisiones del Gobierno son observadas con atención tanto a nivel nacional como internacional.
El desarrollo de los acontecimientos en las próximas horas podría marcar un punto de inflexión en las relaciones entre España e Israel, así como en la política exterior española hacia el conflicto en Gaza.
