El Festival de las Flores de Córdoba, conocido como Flora 2025, ha inaugurado este viernes las instalaciones que competirán por premios en la ciudad. Este año, los galardones incluyen un primer lugar de 25.000 euros y un segundo de 10.000 euros, además del premio del público, que no cuenta con dotación económica.
Las cinco instalaciones, que han sido creadas bajo el tema “Multiespecie”, han sido evaluadas por un jurado de expertos. Esta noche se anunciarán las obras ganadoras durante la gala de entrega de premios. Las obras serán accesibles al público de forma gratuita desde este viernes hasta el miércoles 22 de octubre, en un horario de 11:00 a 20:00 horas.
El 23 de octubre, de 16:00 a 19:00 horas, se llevará a cabo una guerrilla floral en los Jardines de Orive, donde floristas locales y miembros de colectivos sociales crearán instalaciones efímeras utilizando los restos vegetales de la edición de este año.
Las cinco instalaciones están ubicadas en edificios emblemáticos del casco histórico de Córdoba: la Diputación de Córdoba, el Palacio de Viana, el Patio de los Naranjos, el Museo Arqueológico y el Palacio de Orive. Cada uno de estos espacios ha sido transformado por artistas que provienen de distintos países, incluyendo a La Musa de las Flores de México, Wagner Kreusch de Brasil, Putnam Flowers de Estados Unidos, y Paula Anta e Ikefrana de España.
La instalación de La Musa de las Flores en la Diputación presenta un recorrido por tres estancias que simbolizan el camino hacia la plenitud y la conexión con la naturaleza, inspirada en visiones de paraíso de diversas tradiciones. La obra invita a los visitantes a reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro.
Por su parte, Wagner Kreusch, en el Palacio de Viana, destaca la importancia del agua en su instalación, creando un diálogo entre la naturaleza y la arquitectura. Su obra utiliza cañas de bambú para formar una estructura que rinde homenaje a técnicas ancestrales de manejo del agua.
Ikefrana, en el Palacio de Orive, presenta un paisaje creado con carros de floristas, que evoca un entorno vegetal libre y autónomo, incorporando biomateriales innovadores. La obra invita a imaginar un futuro más conectado con la naturaleza.
Paula Anta, en el Museo Arqueológico, transforma el patio en un bosque inesperado que simboliza la sanación y la resistencia de la naturaleza, mientras que Putnam Flowers, en el Patio de los Naranjos, teje grandes tapices botánicos que reflejan la conexión entre el arte islámico y la esencia de la Mezquita-Catedral de Córdoba.
Cada instalación, más que un simple ornamento, plantea una reflexión sobre el futuro y la necesidad de construirlo con serenidad y conciencia.