Israel lanzó un ataque aéreo en Doha, dirigido contra la cúpula del movimiento palestino Hamas, generando reacciones de condena a nivel internacional. Este ataque se produce en un contexto delicado, donde se discutían propuestas de cese al fuego en la Franja de Gaza bajo la mediación de Catar y el presidente estadounidense Donald Trump. Según reportes, varios líderes de Hamas, entre ellos Khalil al Hayya, Zaher Jabarin, Khaled Meshal y Nizar Awadallah, habrían perdido la vida en el bombardeo, aunque Hamas desmintió dicha información, asegurando que su delegación salió ilesa.
La respuesta de Rusia y Catar
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, condenó el ataque, afirmando que demuestra la falta de voluntad de Israel para poner fin a la catastrófica situación humanitaria en Gaza. Durante una sesión del Día de Diálogo Estratégico entre Rusia y el Consejo de Cooperación de los Estados Árabes del Golfo, Lavrov destacó lo cínico que resulta que Catar, un mediador clave en las negociaciones de paz, sea blanco de tales acciones. “Este tipo de acciones solo socavan los esfuerzos internacionales para encontrar soluciones pacíficas”, indicó.
El primer ministro catarí, Mohammed bin Abdulrahman bin Jassim al Thani, también manifestó su indignación, afirmando que Catar “se reserva el derecho” de responder al ataque, calificándolo como “terrorismo de Estado”. Este ataque ha puesto en evidencia la fragilidad de la situación en la región y el riesgo de escalada de las tensiones.
Reacciones globales y contexto regional
La agresión israelí ha sido condenada no solo por Rusia, sino también por otros países, incluido China, reflejando un creciente aislamiento de Israel en la comunidad internacional. La realidad es que este conflicto sigue generando una crisis humanitaria sin precedentes en Gaza y Cisjordania, donde la población civil continúa sufriendo las consecuencias de las hostilidades.
Es importante recordar que la situación en la región es compleja, con múltiples actores y una historia de tensiones que se remonta a décadas. Las acciones recientes de Israel solo parecen profundizar la desconfianza y complicar aún más las posibilidades de alcanzar una paz duradera.
La comunidad internacional, en especial los países árabes, deberá seguir de cerca la evolución de estos acontecimientos y trabajar en conjunto para minimizar las consecuencias negativas de esta situación tan volátil.
