El veterano actor José Sacristán fue el invitado destacado en el programa El Hormiguero de Pablo Motos, donde presentó su nueva obra de teatro, El hijo de la cómica. A sus 88 años, Sacristán no tiene planes de retirarse, ya que su pasión por la actuación sigue viva. Sin embargo, ha adaptado sus actividades, eligiendo el teatro como su principal vía para continuar en el mundo del espectáculo.
Durante su participación en el programa, Pablo Motos le preguntó sobre su secreto para mantener su vitalidad casi al borde de cumplir 90 años. Sacristán, con humor, hizo mención a los ajos de su pueblo, Chinchorro, como la base de su buena salud. Pero no se quedó allí; también compartió su perspectiva sobre la vida, resaltando la importancia de recordar de dónde viene y a quienes lo han influenciado a lo largo de su vida.
El actor expresó: “Hay una cierta cordialidad entre la idea que uno tenía de cómo podía ser uno mismo y lo que viene siendo. Esa cordialidad produce un confort que te permite andar por la vida con cierto margen de movimiento”. Sacristán también enfatizó la importancia de cuidar de su legado familiar y cómo eso le brinda un sentido de satisfacción y bienestar.
En cuanto a mantener su mente activa y su sentido del humor, reveló que trabajar y compartir con jóvenes es fundamental para él. “Esto de la vida es un aprendizaje permanente. Pobre de él que piense que ya lo sabe todo”, dijo, recordando la importancia de no perder de vista al niño que una vez fue.
Sin embargo, la vida de José Sacristán no ha estado exenta de dificultades. Recordó un periodo complicado en 1965, cuando enfrentó una grave crisis económica tras el nacimiento de su hijo mayor. En esos tiempos difíciles, se vio obligado a depender de la comida que sus compañeros de trabajo le ofrecían durante las representaciones. “Me guardaban el pollo porque sabían mi situación”, comentó, reflexionando sobre lo cerca que estuvo de rendirse.
Finalmente, el actor también abordó la situación política actual en España, expresando su descontento con el nivel de debate que se observa en la actualidad. “Me disgusta lo cutre del debate. No tiene ni siquiera naturaleza trágica”, afirmó, añadiendo que le preocupa el empobrecimiento del discurso político, ya que considera que los políticos deben reflejar la realidad de la sociedad.