El escenario internacional se prepara para un nuevo capítulo de tensión geopolítica, esta vez en Beijing, donde Xi Jinping ha convocado un imponente desfile militar. Este evento reunirá a figuras como Vladimir Putin y Kim Jong-un, así como a otros autócratas, en un momento en que la dinámica global se torna cada vez más compleja y peligrosa.
Despliegue de poder militar en el Pacífico
El desfile, programado para los próximos días, se enmarca en un clima de creciente hostilidad, donde las flotas de Estados Unidos y Francia se encuentran en el Caribe venezolano, mientras que Rusia y China llevan a cabo ejercicios militares conjuntos en el Pacífico Sur. Estos ejercicios han sido denominados “patrullas submarinas conjuntas”, donde naves de gran capacidad operan de manera coordinada en el mar de Japón y en el mar de China oriental. Este es el tercer patrullaje conjunto desde 2021, y el anterior tuvo lugar en 2023, cerca de las costas de Alaska.
Las maniobras chinas en el estrecho de Bering han encendido alarmas en la guardia costera de Estados Unidos, provocando un aumento en los vuelos de identificación de naves rusas y chinas por parte del Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD).
Las ofensivas rusas en Ucrania y sus repercusiones
La reciente reunión entre Trump y Putin en Alaska buscaba enviar un mensaje de calma en una de las regiones más tensas del mundo, pero los hechos han demostrado lo contrario. A tan solo dos semanas, Rusia intensificó sus ataques aéreos en Kiev, dejando un saldo trágico de más de veinte muertos. Esta ofensiva refuerza la percepción de que el objetivo de Moscú va mucho más allá de la región del Dombás y la no incorporación de Ucrania a la OTAN.
Desde el inicio de esta escalada el 24 de febrero de 2022, la meta de Vladimir Putin parece ser el derrocamiento del gobierno legítimo de Volodímir Zelensky y la instauración de un régimen afín, lo que reitera la intervención del Kremlin en el continente americano. Los aliados de Nicolás Maduro en América Latina han acusado a Estados Unidos de intervencionismo, ignorando la influencia del Kremlin en el conflicto ucraniano.
En este sentido, es interesante observar cómo China busca expandir su influencia, no solo a través de su poder económico, que supera los 300 mil millones de dólares en presupuesto militar, sino también mediante su cercanía con Rusia. La militarización de China avanza a un ritmo alarmante, aumentando en más del 7% anual, lo que contrasta con el crecimiento más modesto de Estados Unidos.
Así, al unirse en este desfile militar, Xi Jinping, Vladimir Putin y Kim Jong-un enviarán un mensaje claro al mundo: el avance del poderío militar de estas naciones es imparable. En esta alianza autocrática, cada país aporta un elemento esencial: Rusia con su fuerza bélica, China con su poder económico, y Corea del Norte con su sistema político cerrado.
