En México, la problemática de las desapariciones sigue acompañada de un estigma que afecta a las víctimas y a sus familias. En una reciente entrevista, la activista Dora Jaimes, miembro del Colectivo Familiares Detenidas Desaparecidas, destacó que la narrativa de criminalización hacia quienes han sido desaparecidos se mantiene vigente. “Persiste la narrativa de criminalización y estigmatización de las víctimas de desaparición”, afirmó Jaimes, quien ha dedicado su vida a visibilizar este doloroso fenómeno.
La activista subrayó que este tipo de narrativas son constantes y se reflejan en la forma en que la sociedad y las autoridades interpretan los casos de desapariciones. “Todavía persiste la narrativa de que se fue con la novia o que sí era amigo de Juan Pérez. La criminalización de las víctimas es más fácil que hacer frente a la responsabilidad que les corresponde a las autoridades”, agregó Jaimes. Estas palabras ponen de manifiesto un profundo problema cultural que, según ella, se extiende más allá de las fronteras de Michoacán, afectando a todo el país.
Jaimes explicó que en su estado se han identificado patrones de desaparición y áreas geográficas donde este fenómeno es más frecuente, incluyendo límites colindantes con Jalisco, Colima y Guerrero. Estos datos revelan la necesidad de una respuesta más efectiva y empática por parte del gobierno y las instituciones, así como un cambio en la percepción social hacia las víctimas y sus familias.
La activista también mencionó que el libro “Huecos. Retazos de la vida en la desaparición”, escrito por Chantal Flores, periodista originaria de Monterrey, Nuevo León, aborda la vida de varias familias de desaparecidos en México, así como en otros países como Colombia, Brasil y Serbia. Esta obra no solo narra la experiencia de quienes han perdido a sus seres queridos, sino que también busca romper con los estigmas que rodean a las víctimas.
La presentación del libro, que tuvo lugar recientemente, fue una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de dar voz a quienes han sido silenciados por la violencia y la indiferencia. En este sentido, Jaimes enfatizó que los relatos de estas familias son fundamentales para construir una memoria colectiva y fomentar la justicia. “Contar estas historias es una manera de recordar y honrar a quienes han desaparecido”, afirmó.
La lucha por la visibilidad de las víctimas de desaparición es, sin duda, una tarea compleja y desgastante, pero necesaria. La activista recordó que es imperativo que la sociedad entienda que detrás de cada desaparición hay una familia que sufre, que espera respuestas y justicia. “No podemos seguir permitiendo que la narrativa de criminalización prevalezca. Es hora de cambiar la conversación y enfocarnos en la verdad y la justicia”, concluyó.
La presentación del libro de Flores es un paso más hacia la visibilización de un problema que, aunque ha sido ampliamente documentado, aún enfrenta barreras significativas en la conciencia pública y en las políticas gubernamentales. La voz de las víctimas y sus familias necesita ser escuchada, no solo en papel, sino en acciones concretas que busquen erradicar la impunidad y la estigmatización en México.