La presidenta Claudia Sheinbaum ha lanzado lo que ella misma denomina una “guerra total contra el crimen organizado”, un giro inesperado que ha generado críticas y risas en la opinión pública. Ayer, el diario La Jornada exaltó esta nueva estrategia del gobierno, olvidando las severas críticas que su propia administración y el expresidente Andrés Manuel López Obrador hicieron a la “guerra de Calderón” durante años.
De la crítica a la acción
En su primera plana del 3 de septiembre de 2025, La Jornada tituló: “Guerra total contra el crimen, pactan Federación y 31 de 32 gobernadores”, en un claro intento de alabar la gestión de Sheinbaum tras su encuentro con los gobernadores del país. Lo curioso es que, en el pasado, tanto Sheinbaum como López Obrador se burlaron de dicha estrategia, considerándola ineficaz y cuestionando su impacto real en la seguridad nacional.
Sin embargo, ahora que Sheinbaum se encuentra al frente del país, ha decidido adoptar un enfoque similar, legalizando pactos con gobernadores para homologar leyes locales con la legislación federal. Esto, según los defensores del nuevo gobierno, es el inicio de una “guerra” que se produce en un contexto peculiar: el reciente encuentro entre Sheinbaum y Marco Rubio, secretario de Estado del gobierno de Donald Trump.
Detenciones y remesas ocultas
La situación se complica aún más cuando se observa que, justo antes de este encuentro, el 2 de septiembre, se detuvo a Manuel Roberto Farías, un vicealmirante acusado de “huachicol fiscal”, junto con otros funcionarios y familiares. Esta detención, sin embargo, no fue anunciada oficialmente, lo que plantea preguntas sobre la transparencia del gobierno.
Adicionalmente, el pasado 6 de septiembre, el secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, reveló que en marzo de 2025 se realizaron detenciones de servidores públicos y empresarios tras la incautación de 10 millones de litros de gasolina en Tampico, Tamaulipas. Resulta inquietante que esta información no se hiciera pública de inmediato, generando suspicacias sobre la intención de ocultar datos relevantes para la ciudadanía.
Por otro lado, es importante mencionar que en el Primer Informe de Sheinbaum no se dio cuenta de la caída dramática de las remesas provenientes de Estados Unidos, un tema que sí se abordó durante su reunión con Rubio. Este silencio podría estar relacionado con el hecho de que el Departamento de Estado detectó que una parte de estas remesas provenía del crimen organizado, un dato que si bien no se ha verificado oficialmente, sí añade una capa más de complejidad a la situación.
Es irónico observar cómo la actual presidenta ahora se embarca en su propia “guerra” contra el crimen, mientras que ella y su antecesor criticaron fuertemente la estrategia de Calderón. En una “mañanera” del 15 de junio de 2022, López Obrador exhibió una fotografía de Calderón vestido de militar, recordando su enfoque militarista. Ahora, Sheinbaum parece seguir un camino similar bajo la presión de un contexto político internacional y la necesidad de mostrar resultados.
En conclusión, la realidad es que la nueva “guerra” de Sheinbaum plantea más preguntas que respuestas, y la ciudadanía está atenta a cómo se desarrollarán los acontecimientos en este complejo escenario de lucha contra el crimen organizado. ¿Será esta una estrategia real o solo un intento más de desviar la atención de otros problemas que aquejan al país? El tiempo lo dirá.































































