La Leyenda Negra contra España no se originó en el norte de Europa como se ha creído comúnmente, sino en la sofisticada Italia del Quattrocento. Este análisis, realizado por José Luis Hernández Garvi en su libro “Eso no estaba en mi libro de historia de la Leyenda Negra”, revela la verdadera génesis de este fenómeno histórico.
Historiadores coinciden en que la Leyenda Negra comenzó a formarse al final de la Edad Media, alcanzando su clímax durante el reinado de los Austrias mayores, especialmente en el contexto de la guerra de Flandes. Este enfoque se consolidó a partir de la década de 1960 como la corriente predominante en los estudios históricos. Sin embargo, antes de este consenso, se creía que la enemistad hacia España surgió como una respuesta nórdica a su hegemonía en Europa.
En realidad, el origen de este desprecio se encuentra en la Italia del siglo XV, donde las potencias aragonesas y catalanas eran vistas como inferiores, incapaces de ejercer una autoridad moral o intelectual en el Mediterráneo. Esta percepción se extendió a todos los españoles y fue aprovechada por los enemigos del Imperio español.
Los comerciantes italianos, que hasta entonces habían dominado el comercio entre Oriente y Occidente, vieron amenazados sus intereses ante la entrada de los catalanes en el negocio. Esto generó un clima de desconfianza que se tradujo en desprestigio y calumnias hacia los aragoneses y catalanes, a quienes se les acusaba de avaricia y de prácticas comerciales desleales.
Las élites italianas, temerosas de perder poder ante estos “advenedizos”, encontraron en la propagación de la Leyenda Negra una herramienta para mobilizar el descontento popular. La elección del cardenal Alfonso de Borja, quien se convirtió en el papa Calixto III, exacerbó esta tensión, revelando la injerencia aragonesa y catalana en la política romana.
La situación se intensificó con el ascenso de Rodrigo de Borja, que se convirtió en Alejandro VI. Su pontificado estuvo marcado por el nepotismo y la corrupción, lo que alimentó los rumores y la hostilidad hacia su familia. A pesar de que sus abusos no eran distintos a los de otros papas de la época, el odio hacia los Borgia se basaba en su condición de extranjeros en el poder.
Durante el siglo XVI, la consolidación del poder español en Italia no hizo más que empeorar la percepción sobre España. La campaña de 1527 del emperador Carlos V y el subsiguiente Saco de Roma marcaron un punto de inflexión, al llevar a cabo actos de violencia extrema que consolidaron la imagen negativa de los españoles en Europa.
El libro de Hernández Garvi no solo revela los orígenes de la Leyenda Negra, sino que también ofrece una perspectiva crítica sobre los acontecimientos que han moldeado la percepción de España en la historia.
