La relación entre la academia y la medicina en México se encuentra en un punto crítico, marcado por la falta de recursos para la investigación y la creciente influencia de la industria farmacéutica. En un sistema donde el conocimiento debería ser el motor del avance médico, muchos profesionales de la salud se ven obligados a buscar financiamiento en entornos poco éticos.
Desigualdad en el acceso a la investigación
La realidad es que la mayoría de los médicos en México no tienen acceso a los sistemas de apoyo a la investigación. Esto se debe a los recursos limitados que el Estado asigna a este sector. En consecuencia, la industria farmacéutica aparece como una opción viable, pero con un precio: las condiciones que imponen a cambio de su apoyo suelen comprometer la ética fundamental de la práctica médica.
Los directivos de las instituciones de salud, al recibir propuestas de financiamiento, enfrentan decisiones que pueden afectar gravemente la calidad del conocimiento generado. Esta situación ha permitido que surjan prácticas injustas y compadrazgos que no solo entorpecen el avance del conocimiento, sino que también limitan el desarrollo profesional de muchos médicos.
Una voz crítica desde la experiencia
Personalmente, he sido testigo de estas dificultades durante casi toda mi carrera. La mayoría de mis aportes, tanto en el ámbito de mi especialidad como en el de la ética en reproducción, han sido financiados de manera independiente. Me he visto en la necesidad de invertir mis propios recursos, ya que rara vez recibí algún apoyo por parte de instituciones estatales para mis publicaciones o presentaciones.
Este enfoque tiene sus desventajas, pero también grandes ventajas. Me permite tener la libertad de pensar y publicar lo que considero necesario, sin ataduras a condicionamientos externos. Mis lectores pueden decidir si toman en cuenta mis ideas o las dejan de lado, algo que no me preocupa en absoluto.
Al iniciar mi columna “Bioética y Biopolítica”, nunca imaginé que se convertiría en un vehículo de impacto social. Sin embargo, mi motivación siempre ha sido contribuir a mejorar la calidad de atención médica que se brinda a las mujeres en todos los ámbitos sanitarios del país. Agradezco la oportunidad de expresar mis pensamientos y siento una gran satisfacción al ver que hoy contamos con una Presidenta mujer, lo que sin duda representa un avance para nuestra sociedad.