El Museo de Historia Mexicana inaugurará hoy, 10 de septiembre de 2023, la exposición “Manuel Álvarez Bravo: Parábola óptica”, que reúne un total de 84 fotografías del icónico fotógrafo mexicano, conocido como “el fotógrafo de lo mexicano”. Esta muestra, que se presenta en colaboración con el Banco Nacional de México a través de Fomento Cultural Banamex, estará abierta al público hasta el 11 de enero de 2026.
Las obras de Álvarez Bravo, realizadas entre 1920 y 1989, capturan la esencia de la belleza mexicana a través de retratos y desnudos que reflejan la identidad cultural del país. En esta exhibición, los asistentes podrán apreciar elementos emblemáticos de su obra, como el sarape, la ofrenda y el maguey, que remiten a las tradiciones y modos de vida de los pueblos mexicanos.
Una mirada hacia la identidad cultural
La curaduría de la exposición está a cargo de Juan Rafael Coronel Rivera, quien ofrecerá una conferencia inaugural titulada “Manuel Álvarez Bravo: La fama del obrero” a las 19:00 horas en el auditorio del museo. Según Xavier López Arriaga, director general del museo, “con su lente, Manuel Álvarez Bravo transformó lo cotidiano en símbolo, lo sencillo en enigma”. Su legado cultural es reconocido como una brújula que nos permite comprender más profundamente nuestra identidad.
Por su parte, Andrés Albo Márquez, director de Compromiso Social Banamex, subrayó la relevancia de la obra de Álvarez Bravo para varias generaciones: “Su mirada y sus temáticas conforman un gran legado que continuamos celebrando”. Esta exposición representa un esfuerzo por acercar el acervo fotográfico de Fomento Cultural Banamex al público regiomontano, brindando acceso a proyectos artísticos de gran valor.
Un legado que trasciende el tiempo
Manuel Álvarez Bravo nació en la Ciudad de México el 4 de febrero de 1902. Desde joven, heredó de su padre y su abuelo el interés por la fotografía, lo que lo llevó a estudiar pintura y estéticas modernas. Con el tiempo, su aguda mirada y su habilidad tras la cámara le permitieron incursionar en el cine y participar en exposiciones, consolidándose como uno de los maestros más reconocidos de la fotografía mexicana antes de su fallecimiento el 19 de octubre de 2002, a los 100 años.
La obra de Álvarez Bravo va más allá de lo visual; cada imagen está impregnada de poesía, donde el blanco y negro, junto a los sutiles contrastes de luz, transportan al espectador a un mundo poético y mágico. Su capacidad para capturar la esencia de la personalidad mexicana lo establece como un referente ineludible en la historia del arte en México.