El pasado fin de semana, The Studio se destacó en la ceremonia de los Emmy, llevándose a casa un total de trece estatuillas. Esta sátira producida por Apple sobre los entresijos de la industria cinematográfica de Hollywood logró casi igualar la cantidad de premios sumados por sus principales competidoras. A pesar de un aparente acuerdo tácito para evitar que una sola plataforma dominara el evento —con Netflix triunfando en la categoría de miniseries gracias a “Adolescencia”, y HBO Max ganando en dramas con “The Pitt”—, The Studio se alzó como la gran ganadora en su categoría.
En años recientes, los Emmy han ganado una importancia comparable a la de los Óscar, y no es sorprendente que la industria de Hollywood muestre una preferencia por obras que retratan su propio funcionamiento. La serie, más allá de su tono satírico, se presenta como un homenaje a la pasión y el cariño que su equipo siente por el cine, logrando un humor accesible que resuena con un amplio público.
Seth Rogen, protagonista y creador de la serie, ha cimentado su carrera en la comedia, destacándose en películas como “Superfumados” y “Virgen a los cuarenta”. Su éxito en taquilla le permitió transitar hacia la dirección y producción, convirtiéndose en una figura clave de la nueva comedia americana. En The Studio, Rogen no solo actúa, sino que también se encarga de la dirección y escritura, interpretando a Matt Remick, un cineasta ambicioso que asume el mando de los grandes estudios cinematográficos de Hollywood, Continental.
La serie presenta a una industria más preocupada por los beneficios económicos que por la creatividad artística. Con el lanzamiento de una película basada en un refresco llamado Kool Aid, los protagonistas deben enfrentarse a la presión de generar grandes ingresos. La trama se enriquece con la aparición de Martin Scorsese, quien se interpreta a sí mismo y tiene la intención de llevar a la pantalla un proyecto sobre la masacre de Jonestown, un oscuro episodio de la historia estadounidense.
La serie no se limita a la producción de la película de Kool Aid; también abarca los desafíos cotidianos del gran estudio, incluyendo complicaciones en el rodaje y la constante amenaza de cancelación. A lo largo de diez episodios de aproximadamente media hora, la acción y el humor característico de Rogen mantienen al espectador cautivado. The Studio no solo ha dejado a otras series como The Bear sin premios, sino que también ha aventajado a producciones como The White Lotus y The Last of Us.
Con una estética que rinde homenaje a los clásicos del cine, la serie se presenta como un recordatorio de que, en tiempos inciertos, el humor puede ser una poderosa herramienta para enfrentar la realidad. Se espera que The Studio regrese para una segunda temporada, mientras que otras producciones han quedado en el olvido, reflejando su éxito y aceptación en el competitivo panorama televisivo actual.
