La noche del domingo, la Policía de Israel, en colaboración con el servicio de inteligencia interno Shin Bet, arrestó a dos palestinos sospechosos de planear un atentado en el norte de Tel Aviv. Según un comunicado oficial, los detenidos eran residentes ilegales en el país y fueron trasladados a instalaciones de seguridad para su interrogatorio.
Detalles de la operación policial
La operación fue descrita por las autoridades como una respuesta rápida a información de inteligencia recibida durante la tarde. Esto activó un dispositivo policial masivo que incluyó a la unidad antiterrorista conocida como “Team Tequila”, desplegada en áreas urbanas de alta concurrencia. La captura se produjo tras una alerta que comenzó a circular alrededor de las 19:00 horas.
Medios locales, como N12, informaron que uno de los arrestados, originario de Nablus, había manifestado intenciones de llevar a cabo un ataque, aunque no está claro si contaba con armas. La operación incluyó un rastreo en diferentes puntos de la ciudad y concluyó cerca del paseo marítimo.
“Durante una operación conjunta de la Policía de Israel y el Shin Bet, se arrestó a dos sospechosos residentes ilegales en Tel Aviv. Están siendo trasladados para ser interrogados”, indicó la Policía en un comunicado recogido por Ynet. A pesar de que la versión oficial mencionó solo dos detenidos, algunos medios israelíes reportaron un número mayor de arrestos, sugiriendo que hasta siete palestinos podrían haber sido capturados.
Contexto de inseguridad en Tel Aviv
Este incidente se da en un clima de seguridad cada vez más tenso en Israel. Desde el ataque terrorista de Hamas el 7 de octubre de 2023, se ha registrado un aumento en las amenazas internas. Tel Aviv, que es el centro financiero y cultural del país, ha sido blanco de diversos incidentes, incluyendo apuñalamientos y tiroteos, así como intentos recientes de ataques con explosivos.
Uno de los episodios más recordados ocurrió en febrero de este año, cuando tres bombas fueron colocadas en autobuses en Bat Yam, un suburbio al sur de Tel Aviv. Aunque no hubo víctimas fatales, el mensaje encontrado en la escena —“Venganza de Tulkarem”— evidenció una motivación política detrás del atentado. A pesar de que Hamas negó su implicación, la sensación de vulnerabilidad en áreas densamente pobladas se intensificó.
La lógica tras estos atentados, según analistas de seguridad israelíes, se relaciona con lo que denominan “ataques espontáneos”, realizados por individuos o pequeños grupos que operan al margen de organizaciones estructuradas. Este carácter descentralizado complica considerablemente la labor preventiva.
La intervención de “Team Tequila”, unidad del Shin Bet especializada en operaciones urbanas, destacó el nivel de alerta en Tel Aviv la noche del domingo. Formada durante los años más intensos de la Segunda Intifada, esta unidad colabora con YAMAM, la élite antiterrorista de la Policía, y suele actuar únicamente en casos de amenaza inminente. La decisión de desplegarla en el corazón de la capital económica de Israel se interpreta como un indicio de que la inteligencia recibida fue considerada altamente creíble.
El gobierno israelí enfrenta una creciente presión interna para demostrar su capacidad de prevención en territorio propio. Al mismo tiempo, la guerra en Gaza continúa dejando una devastadora estela: más de 61,800 palestinos han muerto, según cifras actualizadas al 30 de julio de 2025 por el Ministerio de Salud de Gaza, controlado por los terroristas de Hamas. La crisis humanitaria en Gaza ha alcanzado un punto crítico, siendo declarada oficialmente como hambruna en Gaza Ciudad, catalogada como una emergencia alimentaria de Nivel 5, lo que afecta a más de 500,000 personas.
Agencias como UNICEF han denunciado que esta crisis es “hecha por el hombre” y han condenado su potencial carácter de crimen de guerra, exigiendo un alto el fuego inmediato y acceso humanitario sin restricciones.