Una salida de fin de semana se tornó en una tragedia en Apurímac, donde un adolescente de 15 años, identificado como Rony González, fue hallado sin vida tras haber salido con amigos. El cuerpo del menor fue encontrado en un paraje boscoso de Collahuacho, mostrando signos evidentes de haber sido golpeado. La desesperación de su padre, quien denunció su desaparición al notar que no regresaba a casa, llevó a un operativo policial que confirmaría lo peor: su hijo había sido asesinado.
Los primeros indicios apuntan a que la reunión en la que participó Rony derivó en un violento desenlace. Según las autoridades, el adolescente asistió a un encuentro con compañeros el pasado sábado, donde se consumía alcohol a pesar de ser menores de edad. Imágenes difundidas en redes sociales lo muestran riendo y disfrutando, sin sospechar que esas serían sus últimas horas.
La búsqueda y descubrimiento del cuerpo
La investigación policial tomó un giro crucial cuando se encontró en poder de uno de los acompañantes de Rony su mochila y celular. Este joven, al ser interrogado, confesó saber el paradero del cuerpo, dirigiendo a los agentes a la zona boscosa donde yacía el menor. Testimonios sugieren que una pelea entre los adolescentes escaló hasta convertirse en una brutal golpiza.
Es importante señalar que la grabación de aquella tarde también reveló la presencia de jóvenes mujeres de otro colegio, lo que pone en evidencia la falta de supervisión y el desenfreno que caracteriza a estas reuniones. Este encuentro, que comenzó como un momento de diversión, culminó en una tragedia que expone la vulnerabilidad de los adolescentes frente al consumo de alcohol.
La voz de la familia y la comunidad
Para la familia de Rony, la pérdida es doblemente dolorosa no solo por la violencia del hecho, sino también porque el adolescente era un apoyo vital en el hogar. “Es un niño que prácticamente hacía la labor de mamá”, relató una de sus tías a un medio local. Rony cuidaba de sus hermanos pequeños, incluyendo a una bebé de tres años, y asumía responsabilidades que sobrepasaban su edad. Su carácter protector lo convirtió en el orgullo de sus padres, quienes aún buscan consuelo ante la cruel realidad de su asesinato.
Durante el velorio, familiares y vecinos, entre llanto e indignación, exigieron justicia. “Queremos que esto no quede impune”, clamaron. La muerte de Rony deja un vacío difícil de llenar; su sueño de continuar estudiando se truncó por la violencia de quienes debieron ser sus amigos.
Detenciones y reacciones en la comunidad
La Policía Nacional del Perú ha detenido a tres adolescentes de 16 años como presuntos responsables del homicidio. En el domicilio de uno de ellos se encontraron prendas con manchas de sangre y pertenencias de la víctima, lo que refuerza la hipótesis de su participación en la agresión. Uno de los detenidos admitió que ocurrió una pelea, aunque intentó deslindar responsabilidades señalando a sus compañeros.
La comunidad andahuaylina ha reaccionado con estupor y enojo ante esta tragedia. El caso no solo expone una muerte violenta, sino también la alarmante falta de prevención ante el consumo de alcohol entre adolescentes. La población educativa exige acciones concretas para evitar que otra historia como la de Rony González se repita, recordándonos que las noches de diversión pueden tornarse en tragedias irreparables.
