La historia de amor incondicional entre Ángel Santiago y su perro salchicha Bam Bam tuvo un final feliz esta semana, tras un angustiante periodo de diez semanas en las que el hombre, quien es legalmente ciego, buscó a su mascota robada el 5 de junio en su hogar en Logan Square, Chicago.
Una búsqueda sin precedente
Bam Bam, que es más que una mascota para Santiago —es su perro de servicio y compañero de vida desde hace más de una década— se convirtió en el centro de una movilización comunitaria sin igual. Santiago, quien padece glaucoma, describió la ausencia de su fiel amigo como un tiempo “particularmente difícil” que afectó su salud emocional. “Dormí a su lado anoche”, relató Santiago al The Washington Post, evidenciando su alivio al tener nuevamente a su perro en casa.
La conmoción por el robo de Bam Bam llevó a los vecinos a unirse a la búsqueda, distribuyendo volantes y compartiendo la historia en redes sociales. Además, se creó una campaña en GoFundMe por iniciativa de Amy Pasalich, enfermera de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales en Chicago, quien logró recaudar más de 20 mil dólares para contratar a un investigador privado, superando ampliamente su meta inicial.
Un reencuentro milagroso
La espera terminó la noche del martes cuando un hombre y una mujer anónimos dejaron a un perro en la recepción de la comisaría del Distrito de Parques de Jefferson. El can, afortunadamente, se encontraba en buen estado de salud. La fundación de rescate de perros callejeros, dirigida por el oficial retirado John Garrido, fue contactada de inmediato, y gracias al microchip que Bam Bam tenía implantado, se logró rastrear su información.
Un agente de policía encontró un volante que anunciaba la desaparición de Bam Bam, confirmando que el perro en la comisaría era efectivamente el que Santiago buscaba. Tras dejar un mensaje para el dueño, el emotivo reencuentro se llevó a cabo esa misma noche.
Al día siguiente, Santiago llevó a Bam Bam al veterinario para una revisión y análisis de sangre, un paso necesario después de tanto tiempo separados. La comunidad celebró el regreso de Bam Bam, creando un vínculo aún más fuerte entre vecinos y organizaciones como PETA, que se unieron para ofrecer recompensas y visibilidad a la causa.
La vicepresidenta de investigaciones de crueldad animal de PETA, Daphna Nachminovitch, destacó la importancia de este reencuentro, señalando que la ausencia de Bam Bam afectó profundamente a Santiago. “Creo que traerlo de vuelta podría haberlos salvado a ambos”, expresó.
Con Bam Bam nuevamente en casa, las vallas publicitarias que PETA había planeado para buscarlo se transformarán en agradecimientos a la comunidad por su solidaridad. Este caso ha abierto un debate necesario sobre la mejora de los mecanismos de búsqueda y protección de animales robados, resaltando el papel crucial que los animales juegan en la vida de sus dueños.
Como señaló Garrido, “la historia tiene dos enseñanzas: ponerle un microchip a la mascota y no meterse con Chicago”. La conmovedora historia de Ángel Santiago y Bam Bam reafirma el poder de la comunidad y la importancia del amor entre un hombre y su perro.