La actriz y cantante Carolina Sabino ha revelado la clave para mantener viva su relación a distancia con el empresario Mario Bert, padre de su hijo menor, Benjamín. Tras una década viviendo en Ecuador, donde estableció su familia, Sabino ha regresado a Colombia por un tiempo prolongado, impulsada por su participación en el reality de cocina MasterChef Celebrity 2025 y otros proyectos que la mantienen activa en la escena artística local.
Un regreso a las raíces
En una conversación con Infobae Colombia, Carolina compartió que su regreso no solo se debe a MasterChef, sino también a un nuevo proyecto teatral que la une a un elenco destacado bajo la dirección de Fernando Arévalo. La obra, titulada Inmaduros, aborda temas de búsqueda personal y el verdadero sentido del éxito en una sociedad obsesionada con las apariencias. “Es exquisita desde todo punto de vista”, afirmó, resaltando la calidad del equipo y el profundo mensaje que invita a disfrutar la vida desde el interior.
Además de su participación en teatro, Sabino continúa compitiendo en MasterChef Celebrity y está grabando la telenovela Las de siempre. Este regreso a Colombia, tras diez años de ausencia, representa una etapa llena de nuevas oportunidades profesionales y la calidez del público colombiano, que ella considera leal y amoroso.
El amor a distancia
La vida de Carolina transcurre entre Ecuador y Colombia, donde ha encontrado un equilibrio entre su carrera y su familia. “Siempre vuelvo, siempre vuelvo”, aseguró, dejando abierta la posibilidad de quedase más tiempo en Colombia si las circunstancias familiares lo permiten. Esta movilidad ha requerido de una organización cuidadosa para mantener la cercanía con sus seres queridos, quienes la acompañan o la esperan en casa según las necesidades del momento.
El apoyo mutuo con su esposo ha sido fundamental para sostener su relación a distancia. “Él nunca me ha dicho no y yo a él tampoco. Estamos ahí y buscamos el tiempo. Entendemos que siempre es calidad de tiempo para nosotros”, explicó. Sus hijos, Tomás y Benjamín, también se adaptan a este ritmo: Tomás ya trabaja y vive en Ecuador, mientras que Benjamín acompaña a su madre durante sus viajes.
En cuanto a su visión sobre el matrimonio y la crianza, Sabino enfatizó la importancia del equilibrio y la comprensión mutua, reconociendo que la convivencia conlleva retos. “Vivo con dos hijos y un marido. Ahí hay los temitas, pero ellos también saben contener las pataletas femeninas”, comentó con humor, aludiendo a la necesidad de balancear las exigencias de la vida familiar.
La actriz también reflexionó sobre la madurez y los conflictos, tanto en su vida personal como en el ámbito profesional. Para Sabino, la madurez femenina se desarrolla antes por la crianza y la responsabilidad, aunque considera valioso conservar una cuota de inocencia y espontaneidad. “Tengo cuarenta y ocho años y sí, hago unas niñadas a veces y me encanta”, confesó, defendiendo la importancia de mantener la frescura y la capacidad de disfrutar la vida.
En el contexto de su participación en MasterChef, valoró la posibilidad de competir sin recurrir al conflicto, destacando que la actual temporada muestra que es posible enfrentarse en buena lid y aprender de la experiencia sin caer en enredos degradantes. Su papel en Las de siempre la lleva a interpretar a Xiomara, un personaje que refleja profundas contradicciones y las luchas internas de quienes enfrentan diversas formas de adicción.
Por medio de Xiomara, Sabino busca que la audiencia reconozca la humanidad de quienes se ven envueltos en conflictos personales, recordando que detrás de cada historia existen realidades que merecen ser comprendidas con compasión. Este regreso a Colombia no solo marca un nuevo capítulo en su carrera, sino también una reafirmación de su compromiso con la familia y el amor, demostrando que, a pesar de la distancia, la conexión y el apoyo pueden mantenerse vivos.
