Mudarse a la ciudad puede ser un desafío en distintos aspectos, y uno de los más complicados es el mantenimiento del hogar. Mientras algunos lidiamos con el costo de la vida, otros se ven abrumados por el tiempo que requieren las tareas diarias. Mi mayor lucha ha sido enfrentar las reparaciones constantes que surgen en casa.
Las cosas se desgastan y, sin saber por qué, hay que reemplazar bombillas, vidrios, enchufes y, sobre todo, reparar tuberías. Este último punto puede resultar costoso, ya que los plomeros suelen cobrar tarifas elevadas. Sin embargo, un plomero que solía atender mis emergencias me proporcionó algunos consejos prácticos que me han permitido ahorrar en reparaciones menores.
Este profesional, cansado de mis frecuentes llamadas, decidió enseñarme algunas técnicas simples y rápidas para arreglar problemas comunes sin poner en riesgo mi seguridad. Lo mejor de todo es que la mayoría de estas soluciones requieren herramientas básicas y son consistentes con las recomendaciones de fabricantes reconocidos como Pfister y Teka.
Uno de los primeros consejos fue secar el grifo después de cada uso. Al hacerlo con un paño seco, se evita la acumulación de agua que puede generar cal, óxido o bacterias. Además, la inspección periódica de grifos y tuberías es fundamental; hay que estar atentos a fugas o goteos que pueden incrementar la factura del agua. Si se detecta alguna fuga, lo mejor es reparar el grifo de inmediato o contactar a un profesional.
Otro aspecto importante es el cuidado de los aireadores, que son las piezas que regulan el flujo y la presión del agua. Con el tiempo, estos pueden obstruirse, lo que reduce el caudal y aumenta el consumo. Para limpiarlos, basta con desenroscarlos y sumergirlos en una mezcla de agua y vinagre durante unos minutos.
Es crucial no apretar en exceso las tuercas al instalar nuevas piezas, ya que esto puede dañar las roscas y crear puntos débiles. También es importante vigilar la presión del agua, ya que una presión demasiado alta puede provocar tensiones que aumentan el riesgo de fugas.
Mantener los desagües limpios es esencial. Los atascos no solo ralentizan el drenaje, sino que también incrementan la presión dentro de las tuberías, lo que puede llevar a fugas a largo plazo. Saber dónde se encuentran las llaves de paso es otra recomendación valiosa; esto permite cortar el agua rápidamente en caso de una emergencia.
Es preferible evitar el uso de limpiadores químicos para destapar tuberías, ya que pueden dañar las tuberías de metal o plástico. Finalmente, hay que tener cuidado con los restos de grasa y comida, que son causas frecuentes de obstrucciones en las tuberías.
Siguiendo estos consejos, no solo se pueden realizar reparaciones menores de manera más efectiva, sino que también se puede ahorrar dinero en costos de mantenimiento del hogar.