La desaparición de Javier Mauricio García ha dejado a la comunidad de Cajicá en estado de shock tras el hallazgo de sus restos humanos. Este trágico descubrimiento se produjo durante la búsqueda de la menor Valeria Afanador, quien también se encuentra desaparecida y cuyo caso ha mantenido a los habitantes en vilo. Las autoridades confirmaron que los restos pertenecen a Javier, quien había sido reportado como desaparecido desde el 10 de junio.
Un día que cambió todo
La madre de Javier, Luz Dary Pineda, compartió con Caracol Radio los últimos momentos que vivió con su hijo antes de su desaparición. “Mi hijo trabajaba en Imusa en Capellanía. Salió a trabajar a las dos de la tarde y a las diez de la noche terminó su turno, pero nunca volvió a casa”, relató Pineda, recordando la rutina diaria que se interrumpió de forma abrupta. Ella describe que Javier salió con su buzo de trabajo, pantalón reflectivo y botas, sin chaqueta, lo que acentúa la normalidad de su partida.
A pesar de que la búsqueda se inició de inmediato, los días se convirtieron en semanas y casi dos meses después, las autoridades encontraron su cuerpo. “Él nunca más llegó desde el 10 de junio de este año”, enfatizó Luz Dary, reflejando el dolor de una madre que tuvo que lidiar con la incertidumbre y la angustia de no saber el paradero de su hijo.
Un camino hacia la justicia
El proceso que ahora enfrenta la familia García es desgarrador. Luz Dary reveló que recibió una llamada de Medicina Legal, donde le informaron que aún no podían entregar los restos. “Tengo que ir al CTI para reconocer las partes. Al parecer, la persona que encontraron desmembrada es mi hijo”, afirmó, mostrando la crudeza de la realidad que viven muchas familias en situaciones similares.
Con el corazón roto, la familia García se prepara para buscar justicia. Luz Dary ha decidido iniciar una nueva batalla: descubrir qué le sucedió a Javier y quiénes son los responsables de su muerte. “Quiero saber quiénes están detrás de todo esto”, dijo, consciente de que el camino será largo y difícil.
Mientras tanto, la búsqueda de Valeria continúa, aunque sin resultados concretos. Las autoridades no descartan la posibilidad de que un tercero esté involucrado en su desaparición, pero hasta el momento “no se tiene ningún indicio de quién puede ser”. La comunidad de Cajicá permanece atenta, afectada por la coincidencia de estos casos y esperando que la justicia avance en ambas situaciones.
La realidad es que estos sucesos han encendido un debate sobre la seguridad en la región y la urgencia de respuestas ante la creciente ola de desapariciones que azotan a diversas localidades en México. La lucha de Luz Dary es un recordatorio del sufrimiento de muchas familias que buscan justicia en medio de un contexto de dolor y desasosiego.
