El abandono escolar se mantiene como un reto significativo en España, con un descenso del 13% en el último año, según la Encuesta de Población Activa del Ministerio de Educación, publicada en febrero de 2025. Sin embargo, este problema afecta gravemente a los niños y niñas con altas capacidades, quienes a menudo no logran adaptarse a un sistema educativo que no satisface sus necesidades.
El desajuste entre necesidades y respuestas
Rafael Rodríguez García, especialista en neurodivergencias y conocido en redes como @nosolopastillas, ha abordado este fenómeno a través de un video en TikTok, explicando que “el problema real es el desajuste entre lo que necesitan y lo que reciben”. La realidad es que muchos de estos estudiantes, si bien pueden mostrar un alto potencial, enfrentan dificultades para seguir el ritmo académico y, en consecuencia, tienden a desmotivarse y abandonar sus estudios.
Rodríguez enfatiza que “no son niños malos ni vagos”, sino que su comportamiento desafiante puede ser un reflejo de su alta capacidad intelectual. La falta de comprensión por parte del sistema educativo puede llevar a que su talento se apague. Este desajuste se ve agravado por la escasa atención que se les brinda a sus características únicas, lo que puede resultar en un fracaso escolar significativo.
Ocho datos imprescindibles sobre el fracaso escolar
En su análisis, el especialista ha señalado ocho aspectos cruciales que es importante considerar al tratar con niños con altas capacidades. Uno de los primeros puntos es la variabilidad del cociente intelectual (CI) durante la infancia, donde este puede fluctuar y las pruebas de CI no siempre reflejan el verdadero potencial del niño. Esto subraya la necesidad de un seguimiento constante y revisiones periódicas de los diagnósticos.
Otro aspecto relevante es el cuestionamiento de la autoridad. Según Rodríguez García, “si una norma no es coherente, la van a cuestionar”. Esto no debe interpretarse simplemente como rebeldía, sino como un ejercicio de pensamiento crítico. La distinción entre una oposición fundamentada y la mera desobediencia es crucial para entender la dinámica de estos estudiantes.
El experto también critica la deficiencia del sistema escolar, que “no está preparado” para atender adecuadamente a estos alumnos. “Las adaptaciones suelen llegar tarde, son irregulares y no personalizadas”, señala. Esta falta de atención a las necesidades específicas de estos niños puede llevarlos al fracaso escolar, ya que muchos colegios se enfocan en las calificaciones finales sin valorar el análisis crítico del proceso de aprendizaje.
“Mirar solo las notas es un gran error”, advierte Rodríguez, quien sugiere que es necesario “analizar las funciones ejecutivas y las dobles excepcionalidades como el autismo, el TDAH y la dislexia”. Ignorar estas características solo perpetúa la invisibilidad de las dificultades que enfrentan estos estudiantes.
La intervención temprana es clave en el manejo de estos casos. Rodríguez afirma que “intervenir a tiempo mejora el pronóstico”, resaltando la importancia de ajustes reales en el aula, la enseñanza de técnicas de estudio y la presencia de un adulto referente. Sin esta intervención específica, el riesgo de fracaso aumenta considerablemente, ya que pueden surgir trastornos adicionales, como el TDAH o el trastorno negativista desafiante.
Para finalizar, Rodríguez advierte sobre las posibles consecuencias a largo plazo si no se abordan estas situaciones. “Ese oposicionista se puede transformar en un futuro con mayores conductas problemáticas, problemas legales o penales, y conductas delictivas”, concluye, subrayando la necesidad urgente de un enfoque educativo que valore y potencie el talento de estos niños.
