El peruano Vincenzo Napurí Tomarelli, a sus 29 años, decidió cambiar su rumbo en las finanzas para liderar Titan Aliment, la empresa familiar fundada en 2008 por su padre, Giovanni Napurí. Esta decisión no fue fácil; en 2020 recibió la noticia de que su padre padecía leucemia, lo que lo llevó a dejar su vida en Colombia y asumir con valentía el liderazgo de un proyecto que busca internacionalizar productos peruanos de calidad premium.
Un legado familiar y la lucha por los sueños
Don Giovanni Napurí soñó durante décadas con llevar insumos peruanos a las cocinas del mundo. Su camino estuvo lleno de rechazos y dificultades financieras, pero finalmente encontró estabilidad al mudarse a Europa. Tras un trasplante de médula y el fallecimiento de su padre, Vincenzo tomó las riendas de la empresa en un momento crítico, enfrentando el reto con determinación. “Recuerdo que me temblaban las piernas al hablar con los proveedores, pero su espíritu me acompañaba”, comparte.
Desde que asumió el mando, Titan Aliment no solo ha sobrevivido, sino que ha crecido de manera exponencial. Vincenzo ha quintuplicado la facturación de la empresa, proyectando alcanzar 11 millones de euros en ventas internacionales al final del año. Con un gran almacén en Barcelona, distribuyen productos a 27 países, colaborando con restaurantes, hoteles y supermercados.
Impulsando la gastronomía peruana en el mundo
A pesar de haber pasado su infancia en Peruggia, Italia, Vincenzo mantiene un fuerte vínculo con Perú. Las vacaciones en Lima le permitieron conectar con su familia y su cultura, lo que hoy lo motiva a fortalecer la imagen del país a través de su gastronomía. Uno de sus mayores retos es lograr que los restaurantes españoles incluyan en sus menús el ceviche y el pisco sour, elementos clave de la cocina peruana que desea posicionar en el ámbito internacional.
Apoyado por Promperú, Vincenzo también promueve los superfoods peruanos, como la cocona, un fruto amazónico que busca abrirse camino en el mercado global. Reconoce que estos procesos son complejos y requieren inversión, pero su visión es clara: reinvertir las ganancias en el desarrollo de Perú.
Actualmente, Titan Aliment cuenta con una planta en Ate, Lima, donde emplea a 40 personas y establece relaciones directas con productores nacionales. Vincenzo se involucra personalmente en la negociación, asegurando un comercio justo y sostenible.
Más allá del crecimiento económico, su mayor motivación es honrar el legado de su padre. “Hablo todos los días con él y le pido consejo. Lo siento en cada negociación y en cada decisión”, confiesa. Esa conexión espiritual se ha convertido en su guía tanto en los negocios como en su vida personal.
Vincenzo también tuvo un prometedor futuro en el fútbol, llegando a ser convocado a la selección sub 21, pero su camino lo llevó hacia el mundo empresarial, donde se ha convertido en un embajador de la gastronomía peruana.
Con la meta de seguir expandiendo Titan Aliment sin perder de vista el propósito original de su padre, la empresa se posiciona como un referente global en la distribución de insumos peruanos. Cada avance representa un homenaje a Giovanni Napurí, un hombre perseverante y visionario. “Ojalá estuviese aquí para verlo. Las empresas que le cerraron las puertas ahora me las abren a mí”, reflexiona con emoción.