Después de décadas de aparente debilitamiento, el Sol ha comenzado a entrar en una fase de mayor actividad, lo que podría incrementar el impacto de fenómenos solares en la Tierra y afectar a artefactos utilizados en la exploración espacial, según un informe de la NASA publicado este lunes.
Un ciclo solar impredecible
Aproximadamente cada 11 años, nuestra estrella experimenta un ciclo en el que su actividad se intensifica hasta alcanzar un punto máximo, conocido como máximo solar, y luego disminuye hacia el mínimo solar. Durante esta fase de máxima actividad, se observa un aumento significativo de manchas solares, erupciones y eyecciones de masa coronal, además de la inversión de la polaridad de los polos magnéticos del Sol.
Un caso ilustrativo es el de la actividad solar observada desde la década de 1980, cuando se registró un descenso continuo hasta llegar a su punto más bajo en 2008. “Las tendencias a largo plazo son mucho menos predecibles y todavía no las comprendemos del todo”, afirmó el investigador Jamie Jasinski.
Una nueva fase de actividad
Inicialmente, los científicos estimaron que el Sol podría estar entrando en una fase de actividad reducida. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en The Astrophysical Journal Letters indica que esta tendencia está revirtiéndose. Al inicio del ciclo solar número 24, el viento solar comenzó a fortalecerse y ha mantenido un aumento sostenido desde entonces.
Jasinski explicó que, a partir del incremento del viento solar, también se ha identificado un repunte constante en los parámetros de partículas cargadas (plasma) y del campo magnético del Sol. Esto sugiere que podríamos estar ante una inestabilidad en el clima espacial, con vientos intensos, tormentas y erupciones solares.
La realidad es que, dada la complejidad del Sol, predecir su comportamiento futuro resulta un desafío. “Es necesario analizar un conjunto más amplio de signos en el Sol para comprender mejor su comportamiento”, concluyó Jasinski. Esta investigación abre un capítulo nuevo en el estudio solar y deja a la comunidad científica en alerta ante los posibles efectos de esta nueva fase de actividad.
