El mes de septiembre se presenta como un período de cambios significativos, tanto en el cielo como en la vida cotidiana. Con la llegada de la segunda mitad del mes, se anticipan fenómenos astrológicos que invitan a la reflexión y a una renovación de energías.
El 21 de septiembre, se producirá un eclipse parcial de Sol en el signo de Virgo. Este evento, que simboliza inicios y transformaciones, sugiere la necesidad de poner orden en nuestras rutinas y de establecer nuevas intenciones basadas en lo esencial y lo simple.
Al día siguiente, el 22 de septiembre, el equinoccio de otoño marcará un balance entre la luz y la oscuridad. Este momento es crucial para recordar la importancia de encontrar armonía en medio de los cambios. Con el ingreso del Sol en Libra, se abre una temporada favorable para el diálogo, la reconciliación y la creación de vínculos más conscientes.
Durante este tiempo, Saturno permanecerá retrógrado en Piscis, lo que nos anima a revisar nuestros sueños y las responsabilidades emocionales que llevamos. Este tránsito nos recuerda que, aunque Piscis representa lo intangible y espiritual, también es vital enfrentar lo que hemos estado evitando y dar forma a lo que parece inalcanzable.
Además, a mediados de mes, Mercurio en Virgo experimentó un momento de “cazimi”, cuando se alinea con el Sol, lo que aporta claridad a nuestras decisiones y proyectos. Posteriormente, el 18 de septiembre, este planeta de la comunicación se trasladará a Libra, donde las interacciones tienden a suavizarse, buscando equilibrio y consenso.
Así, septiembre concluye con un cielo que refleja procesos de orden, balance y transformación. A través de eclipses, equinoccios y tránsitos, el mensaje es claro: es un momento propicio para ajustar lo interno, abrirse a lo nuevo y recordar que, al igual que las estrellas, siempre podemos brillar, incluso en medio de las transformaciones.
