El Gobierno argentino, liderado por Javier Milei, enfrenta una dura realidad tras su primera derrota significativa en las urnas, donde su candidato a gobernador en Corrientes, Lisandro Almirón, finalizó en cuarto lugar con apenas el 8% de los votos. Esta derrota no solo marca un revés en la carrera política del oficialismo, sino que también pone en jaque su estrategia electoral para las próximas elecciones en la provincia de Buenos Aires.
Contexto de la derrota en Corrientes
El pasado domingo, Juan Pablo Valdés, hermano del actual gobernador, se impuso con claridad en los comicios, superando no solo a Almirón, sino también a otros candidatos como Martín “Tincho” Ascúa y Ricardo Colombi. La victoria de Valdés evidencia un fuerte apoyo local que el oficialismo no logró capitalizar. Cabe mencionar que la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, decidió no acompañar a Almirón en la jornada electoral, lo que generó aún más controversia.
La campaña de Almirón se vio afectada por incidentes previos y por la falta de apoyo de figuras clave, como el senador Carlos Mauricio “Camau” Espíndola, quien había sido considerado como un posible aliado. En lugar de unirse a La Libertad Avanza, Espíndola optó por respaldar a Valdés, lo que dejó al oficialismo aún más aislado.
Mirando hacia Buenos Aires
Tras esta derrota, el Gobierno se apresta a cambiar de rumbo y concentrarse en las elecciones del 7 de septiembre en la provincia de Buenos Aires, donde esperan dar un golpe de efecto contra el kirchnerismo. Una diferencia de más de 5 puntos a favor de Fuerza Patria podría desencadenar una crisis en los mercados, según analistas que advierten sobre la importancia de este resultado.
Milei busca nacionalizar la competencia en Buenos Aires, un enfoque más ambicioso que el aplicado en Corrientes. Aunque no se mostró junto a Almirón durante la campaña, planea cerrar su participación en un evento en Moreno, donde estarán presentes candidatos de diversas listas, incluidos los aliados del PRO.
En un reciente encuentro de la Fundación Faro, el presidente afirmó que los comicios podrían significar el fin del kirchnerismo, a la vez que denuncia prácticas fraudulentas en la contienda electoral. La reciente difusión de audios del ex titular de la ANDIS, Diego Spagnuolo, que involucran a Milei y Menem en supuestos actos de corrupción, añade una capa más de complejidad a la situación política.
El camino hacia las elecciones de Buenos Aires se presenta desafiante para el Gobierno, que necesita recuperar la confianza de sus electores y, sobre todo, revertir la imagen tras la amarga derrota en Corrientes. La realidad es que el tiempo apremia y las decisiones a tomar en los próximos días serán cruciales para su futuro político.
