Un hostigamiento armado en el sector del puente La Quebrada, en Cajibío, ha forzado el cierre total de la vía Panamericana, un corredor vital que conecta a Popayán con Cali. Este hecho, reportado el domingo, ha generado una crisis de movilidad en la región, como lo confirma la Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca, que alertó sobre los ataques en sus redes sociales.
Situación crítica y respuesta militar
La situación en Cajibío se ha deteriorado rápidamente, con múltiples ataques registrados en distintos municipios del departamento. El incidente más grave ocurrió en el corregimiento de El Carmelo, donde hombres armados lanzaron explosivos y disparos a la estación de Policía, resultando en la muerte de dos uniformados y varios heridos, así como daños significativos a la infraestructura local, incluyendo la casa cural.
Las estaciones de Corinto, Caldono, Toribío, Caloto, Miranda y Sylvia también fueron blanco de ataques, lo que llevó a policías a pedir refuerzos ante una situación de vida o muerte. En medio de esta violencia, se encontraron cilindros explosivos en varios tramos de la Panamericana, causando más restricciones al tránsito y confinamiento en comunidades rurales.
Ante esta escalada de violencia, el comandante del Ejército, general Luis Emilio Cardozo, llegó a la zona para coordinar las operaciones de seguridad. A través de su cuenta oficial de X, declaró que la ofensiva terrorista de las disidencias de las FARC es un acto de cobardía y prometió una respuesta contundente de las fuerzas armadas para proteger a la población civil.
Impacto en la población y exigencias de protección
Los ataques no solo han dejado bajas entre las fuerzas del orden, sino también en la población civil. En Corinto, el joven deportista Uriel Conda perdió la vida tras un impacto de mortero mientras intentaba buscar refugio durante los enfrentamientos. La Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca ha denunciado que los grupos armados colocaron artefactos explosivos en las entradas de veredas como Casas Bajas y Dinde, además de dañar redes eléctricas para incomunicar a las comunidades.
La organización ha hecho un llamado urgente al Gobierno nacional y regional para que tome acciones concretas que garanticen la seguridad de los habitantes y atiendan las necesidades humanitarias que la violencia ha dejado. La situación actual revela la incapacidad del Estado para ofrecer garantías de seguridad en el departamento, a pesar de los múltiples consejos de seguridad realizados en años anteriores.
En este contexto, el Cauca sigue siendo un territorio marcado por la presencia de grupos armados, como las disidencias de las FARC y el ELN, que luchan por el control de corredores estratégicos vinculados al narcotráfico, sumando más violencia y sufrimiento a una población que clama por paz y estabilidad.
