El salvadoreño Kilmar Ábrego ha quedado en libertad provisional a la espera de su juicio por presuntos cargos de tráfico de personas en Estados Unidos, lo que marca un giro inesperado en su situación legal. La jueza Barbara Holmes decidió permitir su liberación bajo la custodia de su hermano, después de que un tribunal corrigiera un error administrativo que resultó en su deportación a El Salvador.
El contexto del caso de Ábrego
Abril de 2022 fue el mes en que Ábrego fue detenido en Tennessee durante un control de tráfico, cuando transportaba a nueve personas indocumentadas. Desde entonces, se encontraba bajo custodia federal hasta su deportación y posterior retorno a Estados Unidos a principios de junio de 2023. Este caso ha captado la atención debido a la política de expulsiones implementada durante la administración de Donald Trump.
Los fiscales acusan a Ábrego de haber realizado más de 100 viajes entre Texas y Maryland, transportando a personas indocumentadas, y sostienen que tiene conexiones con la banda criminal Mara Salvatrucha. Sin embargo, él categoriza estas acusaciones como parte de un procesamiento “vengativo” por parte del Departamento de Justicia de EE.UU.
Reacciones y futuros pasos
La secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Kristi Noem, ha expresado su descontento con la decisión de la jueza, alegando que libera a Ábrego sin considerar la seguridad pública. En su cuenta de la red social X, indicó que no se detendrán hasta que el salvadoreño enfrente a la justicia.
Tras su liberación, los abogados de Ábrego recibieron una notificación del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), advirtiendo sobre una posible deportación a Uganda en un plazo de 72 horas. Este nuevo desarrollo añade una capa de incertidumbre a su situación legal, ya que deberá presentarse en las oficinas del ICE en Maryland el próximo 25 de agosto.
El desenlace de este caso no solo impacta a Ábrego y su familia, sino que también refleja las tensiones en torno a la política migratoria de Estados Unidos y sus implicaciones para los ciudadanos salvadoreños. La historia de Ábrego es un recordatorio de los retos que enfrentan muchos migrantes en su búsqueda de una vida mejor en el norte.
