El dictador norcoreano, Kim Jong-un, realizó este domingo una inspección en una nueva línea de producción de misiles en la provincia de Jagang, ubicada en la frontera con China. Este movimiento se interpreta como un paso previo a su viaje a Beijing para participar en un importante desfile militar por el 80o aniversario del final de la Segunda Guerra Mundial.
Fuentes del Gobierno surcoreano indican que “existe una alta probabilidad de que Kim parta este lunes hacia Beijing en su tren blindado”, utilizando rutas que podrían variar dependiendo de su ubicación exacta. Tradicionalmente, el líder norcoreano sale desde Pyongyang y cruza la ciudad china de Dandong en un trayecto de 20 a 24 horas hasta llegar a la capital china.
Una visita de alto perfil con implicaciones estratégicas
El viaje tiene como destino la emblemática plaza de Tiananmen, donde se celebrará un desfile militar el miércoles. En este evento asistirán el presidente chino, Xi Jinping, y el mandatario ruso, Vladímir Putin, marcando la primera aparición de Kim en un encuentro multilateral de líderes en varios años. Según la agencia Yonhap, “si Kim se encuentra actualmente en Jagang, podría tomar otro punto de partida para cruzar la frontera hacia China”, lo que sugiere que su logística es cuidadosamente planificada.
El recorrido de Kim se realiza principalmente por tren, utilizando su convoy blindado, dado que su avión oficial, el Chanmae-1, es considerado obsoleto y no ha sido utilizado en años para traslados internacionales. Además, Yonhap reportó señales indirectas del viaje, como la suspensión temporal del servicio de trenes desde Dandong hacia Beijing y la restricción de reservas en hoteles de la ciudad fronteriza, medidas que se han repetido en visitas anteriores del líder norcoreano.
Un mensaje de fortaleza militar
La elección de Jagang como punto de partida para inspecciones militares subraya la continuidad del programa de armamento norcoreano, incluso en tiempos de aparente diplomacia internacional. La visita a la nueva línea de misiles reafirma la prioridad que el régimen de Kim asigna a su capacidad militar, un componente central de su política interna y externa.
El viaje a Beijing también tiene un fuerte valor simbólico: será el primer acto multilateral de Kim en años, lo que refuerza la alianza con China y muestra coordinación con Rusia. Analistas surcoreanos han señalado que estos movimientos responden tanto a la necesidad de proyectar poder como a la intención de estrechar relaciones estratégicas fuera de la península coreana.
Hasta el momento, la agencia norcoreana KCNA no ha ofrecido detalles sobre la ubicación exacta de la línea de misiles ni sobre las características de la producción. Sin embargo, la información obtenida por medios surcoreanos y fuentes gubernamentales indica que se trata de instalaciones modernas destinadas a fortalecer el arsenal de misiles del régimen.
Con su tren blindado en ruta hacia Beijing, Kim Jong-un se prepara para participar en un evento internacional de alto perfil, mientras simultáneamente mantiene la expansión y modernización de sus capacidades militares, enviando un claro mensaje de fortaleza ante la comunidad internacional.
