La nueva serie “Todo vale”, creada por Ryan Murphy y transmitida por Hulu, redefine el concepto del uniforme corporativo femenino. En este drama legal, las protagonistas, Allura Grant (interpretada por Kim Kardashian) y Liberty Ronson (a cargo de Naomi Watts), enfrentan el sexismo en un bufete de abogados dominado por hombres. En una de las primeras escenas, Ronson menciona: “Se reían en nuestras caras”, a lo que Grant responde: “No se toman en serio la ley del divorcio ni a las mujeres”.
El vestuario en esta serie habla más que los diálogos. En el inicio, ambas protagonistas lucen trajes de pantalón que parecen más incómodos que empoderantes, sin ningún tipo de accesorios que complementen su imagen. Sin embargo, tras un salto en la línea temporal de diez años, la apariencia de las protagonistas se transforma radicalmente. Ahora, lideran su propio bufete familiar, y su vestimenta incluye abrigos de piel de serpiente, enterizos decorados con plumas y joyas audaces, convirtiendo el traje corporativo en una expresión de poder femenino.
En una de las escenas más impactantes, Grant se presenta en un traje que incluye un chaleco y corbata, pero su atuendo revela un toque inesperado: un tanga que asoma por su falda. Esta imagen, aunque provocativa, se presenta como un símbolo de liberación. Según Paula Bradley, diseñadora de vestuario de “Todo vale”, este cambio de vestuario refleja a “una mujer que quiere estar en un mundo de hombres, pero que no tiene sitio en el mundo de los hombres”.
El clásico traje de poder ha sido tradicionalmente asociado con la conformidad y la opresión en espacios masculinos. A diferencia de otros dramas jurídicos, que han optado por vestir a sus personajes femeninos de manera que pasen desapercibidos, “Todo vale” busca transformar el traje en una armadura estilizada y empoderadora. Bradley explica: “Está diciendo “nosotras pertenecemos aquí y si vamos a llevar un traje, vamos a llevarlo a nuestra manera””.
La evolución del vestuario también se refleja en el trabajo de las casas de moda, que han comenzado a proponer nuevas versiones del uniforme corporativo en la era pospandémica. El equipo de vestuario de la serie se inspiró en la marca de Kardashian, Skims, creando pijamas personalizadas que se ajustan a la paleta de colores de cada personaje, algo que fue esencial para mantener la cohesión visual.
Por ejemplo, el personaje de Ronson frecuentemente se viste en tonos suaves, mientras que el personaje interpretado por Glenn Close opta por colores más clásicos. Niecy Nash, quien da vida a Emerald Greene, se decanta por colores vibrantes y ropa de diseñadores negros, como LaQuan Smith y Sergio Hudson, enfatizando que para ella, el poder en un traje viene acompañado de accesorios llamativos. “Para mí, un traje de poder iba acompañado de aros y un turbante”, afirmó Nash.
Para su personaje, Kardashian trabajó con su estilista, Soki Mak, quien buscó crear una versión exagerada de la famosa personalidad. Se utilizaron atuendos de archivo de renombradas casas de moda como Dior y Jean Paul Gaultier, algunos de los cuales fueron ajustados para adaptarse a la figura de Kardashian. Este enfoque creó una estética única para la serie, donde la vestimenta no solo es un reflejo del estatus, sino también un símbolo de poder y autoexpresión.
En el contexto de una industria que tradicionalmente asocia el éxito con la discreción, “Todo vale” se atreve a desafiar las normas y redefinir lo que significa ser una mujer en el ámbito legal. A través de sus elecciones de vestuario, el programa no solo ofrece un comentario sobre la moda, sino también sobre la lucha continua por la igualdad de género en el espacio laboral.
































































