En el marco de las celebraciones del Día de Muertos, María Guadalupe realiza un emotivo recorrido hacia la tumba de su hijo, Juan Carlos Gama Cristerna, en el cementerio 21 de marzo de Culiacán.
Originaria de Guadalajara, María Guadalupe comparte que, tras enfrentar diversas adversidades, se trasladó a Culiacán con sus cinco hijos, uno de los cuales es Juan Carlos. La vida de su familia se vio marcada por la tragedia cuando Juan Carlos, a los 16 años, sufrió un grave accidente al caer desde un cuarto piso hacia una alberca vacía, lo que lo dejó en coma por 16 años. Finalmente, falleció el 7 de febrero de 2024, a los 32 años.
María Guadalupe describe esos años como un período de dedicación total: “Lo bañaba, lo alimentaba, le curaba las úlceras que le salían en la piel. Toda mi vida la pasé cuidando a mi hijo”. En este día tan significativo, ella visita la tumba de Juan Carlos por su cuenta, como lo hace cada vez que tiene la oportunidad. “Lo recuerdo como un ángel, era muy bueno y ahora ya no está. No se me olvida mi hijo nunca”, señala entre lágrimas.
Su esfuerzo es notable, ya que camina desde su hogar en la colonia La Cascada hasta el cementerio, un trayecto que realiza a pie debido a sus limitados recursos. “Voy y vengo a pie”, afirma, mostrando su compromiso por estar presente en el homenaje a su hijo. Desde las 9 de la mañana, sale para llegar un poco antes de las 11:00 horas y pasa el día junto a su hijo, recordándolo y hablando con él, incluso lo lleva en su celular como fondo de pantalla.
Juan Carlos, nacido el 23 de mayo de 1991, permanece en el corazón de su madre, quien expresa su amor eterno: “Lo quiero mucho y que descanse en paz mi niño hermoso. Siempre lo llevaré en mi corazón y en mi alma, a pesar de que él está muerto, yo lo recordaré siempre”.































































