La mañana del 9 de septiembre de 2025, Apaxtla, Guerrero, se convirtió en un escenario de tensión cuando un grupo de aproximadamente 60 habitantes, incluyendo comisarios y transportistas de Tepoxtepec, Tlatzala y Cacalotepec, se congregó frente al Palacio Municipal para protestar contra presuntos abusos y hostigamiento por parte del Ejército y la Guardia Nacional.
La manifestación, que comenzó a las 9:00, se centró en la denuncia de la instalación de retenes y los recorridos de las fuerzas federales, los cuales, según los pobladores, han generado un clima de tensión y afectado su vida cotidiana. Aunque en un primer momento se consideró la posibilidad de cerrar la carretera estatal hacia Teloloapan, los manifestantes optaron por no bloquear accesos ni ingresar al edificio municipal.
Demandas y advertencias de los pobladores
Los representantes de las comunidades exigieron un alto inmediato a estas prácticas, argumentando que la presencia constante de fuerzas armadas vulnera su seguridad y tranquilidad. Resulta interesante que, durante la protesta, algunos comisarios y transportistas afirmaron haber sido forzados a participar bajo amenazas de integrantes del grupo delictivo La Familia Michoacana, aunque esta versión no ha sido confirmada oficialmente.
En respuesta a la movilización, una comisión de diez personas se reunió con el alcalde Juan Salgado Santana y un mando del Ejército. Durante este encuentro, se acordó que las autoridades revisarían las denuncias en un plazo de una semana, con el compromiso de cesar los abusos. No obstante, los pobladores advirtieron que, si las condiciones no mejoran, tomarán medidas más drásticas, incluyendo la toma del Palacio Municipal y el cierre de carreteras.
Contexto de violencia y movilización en Guerrero
Apaxtla se encuentra en una región donde la presencia del crimen organizado y las fuerzas de seguridad ha sido una constante fuente de conflicto. La situación actual refleja la compleja relación entre la población civil, las autoridades y los grupos delictivos. En 2015, otro municipio de Guerrero, Ayutla, vivió una situación similar al exigir la salida del Ejército, acusándolo de favorecer a la delincuencia organizada. En aquel entonces, la presión popular culminó en un plantón que se mantuvo hasta que se cumplieron sus demandas.
A pesar de la gravedad de los hechos, hasta el momento, ni el Ayuntamiento ni el alcalde Juan Salgado Santana han emitido un pronunciamiento oficial sobre la situación, dejando a la población en un estado de incertidumbre. La realidad es que el eco de la protesta en Apaxtla resuena en un contexto más amplio de lucha social por la seguridad y el respeto a los derechos humanos en Guerrero.
