Un devastador terremoto de magnitud 6.1 sacudió el este de Afganistán la noche del domingo, dejando a su paso un saldo trágico de 1,124 muertos y 3,251 heridos, según un comunicado emitido por la Media Luna Roja Afgana este martes. El epicentro del sismo se localizó en la provincia de Kunar, que ha sido la más afectada por esta catástrofe natural.
Impacto y Destrucción
Las consecuencias del terremoto son devastadoras. Las autoridades reportan pérdidas financieras significativas en varios distritos, además de la destrucción de más de 8,000 viviendas en Kunar y en las provincias vecinas de Laghman y Nangarhar. “Muchas personas se encuentran atrapadas bajo los escombros de las viviendas destruidas y las labores de rescate continúan”, subraya el comunicado de la Media Luna Roja, que está coordinando esfuerzos para ayudar a los afectados.
La realidad es que este terremoto ha puesto en evidencia la vulnerabilidad de la infraestructura en regiones montañosas como Kunar, donde las viviendas son en su mayoría de construcción precaria. Resulta curioso cómo la geografía de Afganistán, con su terreno accidentado, amplifica el impacto de tales desastres naturales, dificultando las labores de rescate y asistencia humanitaria.
Las autoridades locales y organizaciones internacionales están trabajando a contrarreloj para proporcionar ayuda a los sobrevivientes, quienes enfrentan no solo el dolor de la pérdida, sino también la escasez de suministros básicos en medio de condiciones climáticas adversas. Este evento trágico es un recordatorio de la fragilidad de la vida en zonas propensas a desastres naturales.