Con la llegada de noviembre, muchas familias se preparan para la temporada navideña. Sin embargo, según la tradición de la Iglesia Católica, el momento adecuado para decorar el árbol de Navidad no es tan anticipado como se podría pensar.
La Iglesia establece que la colocación del árbol debe hacerse el primer domingo de Adviento, que en 2025 será el 30 de noviembre. Esta fecha marca el comienzo del nuevo año litúrgico, un tiempo de preparación espiritual que invita a la reflexión y a la esperanza antes de la celebración del nacimiento de Jesús el 25 de diciembre.
El Adviento abarca un periodo de cuatro semanas que culmina en Nochebuena. Durante este tiempo, muchos creyentes aprovechan para colocar también el nacimiento, las luces y las coronas de Adviento, creando un ambiente familiar lleno de significado.
El árbol de Navidad no solo es un elemento decorativo, sino que posee un profundo simbolismo cristiano. Representa la vida eterna, la esperanza y la unión familiar. El uso del pino, que se mantiene verde durante todo el año, simboliza la constante presencia de Dios, incluso en tiempos difíciles. Las luces en el árbol evocan la luz de Cristo, mientras que los adornos y las estrellas recuerdan la guía divina hacia el pesebre de Belén.
Respecto a la retirada de la decoración navideña, la Iglesia Católica sugiere que esta se mantenga hasta el 6 de enero de 2026, día de la Epifanía o Día de Reyes, que celebra la visita de los Reyes Magos al Niño Jesús. Algunas familias eligen conservar la decoración hasta el 2 de febrero, Día de la Candelaria, marcando así el cierre del ciclo navideño con la presentación del Niño Jesús en el templo.
Más allá de su significado religioso, la colocación del árbol en la fecha correcta se ha convertido en una tradición familiar que une a las personas en un acto de esperanza y celebración. Cada año, millones de hogares se reúnen para disfrutar de este momento, que simboliza no solo la llegada de las festividades, sino también el inicio de un tiempo de reflexión y agradecimiento.
