Durante la última emisión de La Voz Argentina, la icónica cantante Valeria Lynch provocó una inesperada reacción en el estudio al interpretar algunas de sus canciones más emblemáticas, lo que llevó a la salida espontánea de los coaches y co-coaches del programa. Este episodio se produjo en medio de una gala marcada por tensiones artísticas debido al nuevo sistema de votación implementado para la segunda fase del certamen, transmitido por Telefe.
Un momento inolvidable
En plena transmisión, el conductor Nico Occhiato dio pie a una serie de devoluciones tras la presentación de Emma Roach. En ese contexto, Lynch, quien acompaña a Soledad Pastorutti en el jurado, compartió su perspectiva sobre el concepto de “canción de riesgo” en relación a la actuación de Roach. Cuando Occhiato le pidió que interpretara un fragmento de una de sus canciones, el ambiente del programa cambió drásticamente.
Valeria no dudó en acceder y comenzó a entonar “Qué ganas de no verte nunca más”, seguida de “Ámame en cámara lenta”. A partir de ese momento, el estudio se llenó de energía: los coaches, el conductor y otros colaboradores comenzaron a levantarse y retirarse, bromeando sobre la intensidad de la actuación. Entre risas, la artista agradeció a sus colegas por el halago y celebró con la participante, convirtiéndose en las únicas presentes en el escenario.
Impacto en la dinámica del programa
La interpretación de Lynch fue el resultado de su energía y entrega vocal, en un espacio habitualmente reservado para los concursantes. “En la canción estás acá abajo y de repente saltás a la estratósfera, lo hiciste con una precisión y seguridad, además le imprimiste furia, que estaba muy bueno”, comentó Valeria al referirse a la actuación de Emma Roach.
Por su parte, Lali Espósito no escatimó en elogios, manifestando: “Tremenda, Emma. Muchas gracias. Mirá que has tenido buenas ‘perfos’, pero lo de recién ha sido… Increíble”. La joven cordobesa de 18 años dedicó su canción a todas las mujeres que “dieron todo y no fueron vistas”, lo que provocó una ovación aún mayor de sus compañeros.
La nueva etapa de La Voz Argentina ha introducido un formato renovado para la ronda de eliminación. Cada equipo, compuesto por siete participantes, ahora presenta actuaciones individuales frente al jurado y co-coaches invitados. En este esquema, el coach titular no interviene con su voto, dejando la evaluación exclusivamente en manos de los coaches y co-coaches de equipos rivales, quienes asignan un puntaje del 1 al 10 mediante una tablet.
Al finalizar las presentaciones, el coach titular puede salvar a tres de sus integrantes, asegurando su continuidad en la competencia. Los cuatro restantes quedan a merced del puntaje acumulado, y aquellos con mejor puntuación avanzan, mientras que el de menor puntaje se despide del certamen. Este sistema busca equilibrar la influencia de los líderes de equipo y abrir el proceso de selección a un criterio más objetivo.
La implementación de este nuevo formato ha modificado la dinámica entre los concursantes, quienes enfrentan evaluaciones más diversas y exigentes. La presencia de co-coaches invitados añade nuevas voces y criterios de análisis, reduciendo la posibilidad de favoritismos dentro de cada equipo y prometiendo una competencia más justa y emocionante.
