Londres se convirtió nuevamente en el escenario de una intensa manifestación el pasado sábado, donde aproximadamente 150 personas fueron detenidas por la policía británica. Este acto de protesta se realizó en apoyo a Palestine Action, un grupo que ha sido clasificado como “terrorista” y prohibido desde inicios de julio. La concentración tuvo lugar frente al parlamento británico, donde los manifestantes desafiaron las advertencias policiales mostrando pancartas con mensajes como “Me opongo al genocidio. Apoyo a Palestine Action”.
La policía de Londres había declarado previamente que no dudaría en arrestar a quienes expresaran su apoyo a la organización prohibida. Entre los detenidos se encontraba Nigel, un manifestante de 62 años que sostenía una pancarta en defensa de Palestine Action. “No somos terroristas (…) Debemos decir que Palestine Action tiene derecho a existir”, declaró Polly Smith, una jubilada de 74 años, quien también participó en la protesta. “Nuestro gobierno decidió prohibir una organización. Es algo muy equivocado y debería usar el tiempo para tratar de que cese el genocidio [en Gaza] en vez de tratar de parar manifestaciones”, añadió.
Contexto de la Prohibición y Reacciones
Desde que Palestine Action fue agregado a la lista de organizaciones consideradas “terroristas” por el Reino Unido, a raíz de actos de vandalismo en instalaciones militares, el clima de tensión ha aumentado. La ONU ha calificado esta prohibición como “desproporcionada”, y el grupo Defend Our Juries ha comenzado a organizar manifestaciones en respuesta a esta situación. De hecho, antes de la movilización del sábado, más de 800 personas ya habían sido detenidas en acciones relacionadas, con 138 inculpadas por apoyo o incitación a una organización terrorista.
La respuesta de la policía ha sido firme: quienes apoyen a la organización pueden ser condenados a seis meses de cárcel, mientras que los considerados organizadores de las manifestaciones enfrentan penas de hasta 14 años de prisión. Este contexto de represión no ha desalentado a los manifestantes; al contrario, se estima que varias miles de personas se unieron a otra protesta pro-Palestina en Londres el mismo día.
La situación en Gaza y la respuesta del gobierno británico han encendido un debate sobre la libertad de expresión y el derecho a la protesta, temas que resuenan fuertemente no solo en el Reino Unido, sino también en otros países, incluyendo México. Este tipo de manifestaciones se convierte en un reflejo de la creciente preocupación por los derechos humanos y la justicia social en un mundo cada vez más polarizado.