Este domingo, las calles de Ámsterdam se llenaron de rojo cuando más de 250,000 personas se unieron para exigir al gobierno neerlandés que tome medidas concretas para poner fin al genocidio israelí y a la ocupación de Palestina. La manifestación, que fue organizada por diversas ONGs como Oxfam y Amnistía Internacional, así como por varias organizaciones judías, marcó la tercera edición de esta protesta en los Países Bajos.
Según los organizadores, esta movilización fue la más grande hasta la fecha, superando las anteriores en La Haya, que contaron con 100,000 y 150,000 asistentes respectivamente. Las organizaciones que convocaron al evento denunciaron que el gobierno neerlandés mantiene un apoyo incondicional a Israel, a pesar de las numerosas violaciones del derecho internacional y de las más de 65,000 muertes ocurridas en Gaza.
“Mientras nuestro Gobierno siga negándose a tomar medidas concretas, seguiremos saliendo a las calles en masa”, afirmaron en un comunicado. Además, pidieron a los responsables políticos que usen todos los medios económicos y diplomáticos disponibles para aumentar la presión sobre Israel.
La manifestación también contó con la presencia de miembros de varios partidos políticos, incluyendo el Partido Laborista, los Verdes y el Partido por los Animales, según informes de los medios locales. El primer ministro neerlandés, Dick Schoof, valoró positivamente la respuesta de Hamás al plan de paz propuesto por el presidente estadounidense Donald Trump y se comprometió a seguir colaborando con sus socios internacionales para alcanzar una paz duradera en Oriente Medio.
En otro ámbito, el ministro de Exteriores, David van Weel, anunció que continuaba en contacto con su homólogo israelí para facilitar la devolución segura de los ciudadanos neerlandeses que se encontraban a bordo de la Global Sumud Flotilla, la cual fue detenida por Israel en aguas internacionales mientras intentaba romper el bloqueo de ayuda humanitaria a Gaza.
Además, más de 300 instituciones culturales y más de 870 artistas de los Países Bajos y Bélgica decidieron declarar un boicot cultural a Israel, manifestando su protesta por lo que consideran un genocidio contra los palestinos en Gaza y la ocupación prolongada de Cisjordania.