Al menos 40 personas perdieron la vida este martes en el este de Sudán del Sur durante violentos enfrentamientos que se desataron tras un intento de robo de 2.500 reses en la zona administrativa de Pibor, según informaron las autoridades locales a la agencia EFE.
El ministro de Información de Pibor, Jacob Warchum, explicó que “los atacantes saquearon unas 2.500 cabezas de ganado. Nuestros jóvenes reaccionaron, lo que dejó 36 asaltantes muertos. Trágicamente, cuatro de los nuestros también fallecieron y otro resultó herido”.
El ataque ha sido atribuido a jóvenes armados del estado de Ecuatoria Oriental. Su ministro de Información, Elias Ahaj, indicó que su oficina aún no ha verificado el número de fallecidos y que están coordinando esfuerzos con las autoridades de Pibor para esclarecer lo sucedido. “Estamos monitoreando la situación atentamente y tomaremos las medidas necesarias en cooperación con nuestros homólogos en Pibor”, apuntó.
Los robos de ganado son un fenómeno común en varias regiones de este empobrecido país africano y representan una de las principales causas de violencia, especialmente en los estados de Yonglei, Ecuatoria Oriental y Unidad. Se estima que cientos de personas han muerto desde la independencia de Sudán del Sur en 2011 debido a conflictos relacionados con el ganado, un símbolo de riqueza y estatus en la sociedad local.
Warchum destacó que la magnitud de este ataque subraya la necesidad de implementar medidas urgentes y sostenidas para prevenir más pérdidas humanas, solicitando un refuerzo en la seguridad y la creación de mecanismos efectivos para la resolución de conflictos a nivel comunitario.
Agencias humanitarias han advertido que este asalto puede agravar la inseguridad alimentaria en una región donde el ganado es fundamental tanto como fuente de riqueza como de sustento. Un cooperante local, que solicitó el anonimato, alertó que “pérdidas de esta magnitud pueden profundizar la pobreza y desencadenar ciclos de ataques de venganza”.
Este nuevo repunte de violencia intercomunitaria se suma a las crisis políticas y a las crecientes tensiones en Yuba, la capital, entre el gobierno del presidente sursudanes, Salva Kiir, y la oposición leal al vicepresidente, Riek Machar, quien ha sido suspendido y juzgado por diversas acusaciones, incluida la de terrorismo.