La reciente aparición de una segunda ballena muerta en la costa de Buenos Aires ha generado preocupación entre científicos y autoridades ambientales. Este suceso, que se registró en la costanera norte de la capital argentina, implica el hallazgo de un joven ejemplar de ballena Sei encallado en aguas poco profundas del Río de la Plata. El descubrimiento se produce apenas una semana después de que otro cétaceo de la misma especie fuera encontrado sin vida en las cercanías del municipio de Vicente López, también en la provincia de Buenos Aires.
La coincidencia temporal y geográfica de estos hallazgos ha llevado a los especialistas a investigar posibles vínculos entre ambos casos. Según Miguel Iñiguez, presidente de la Fundación Cethus, ambas ballenas pertenecen a la especie Sei, que se encuentra en peligro de extinción, aunque su población ha mostrado signos de recuperación en los últimos años.
Los ejemplares adultos de esta especie pueden alcanzar longitudes de hasta 20 metros, aunque en este caso, los cuerpos encontrados son de individuos jóvenes. La Fundación Cethus y el Museo Argentino de Ciencias Naturales están colaborando para determinar las causas de muerte de estos cetáceos. Entre las hipótesis que están siendo consideradas se encuentran los desvíos en la ruta migratoria a causa de tormentas, enfermedades que podrían haber debilitado a los animales, o incluso colisiones con embarcaciones.
“Pueden haberse desviado y debilitado al ingresar al río, fuera de su hábitat natural”, explicó Iñiguez, enfatizando la importancia de investigar a fondo estos incidentes.
El cuerpo del primer cétaceo fue trasladado mar adentro para extraer muestras que permitirán un análisis más detallado. Sin embargo, aún no se ha determinado cuándo estarán disponibles los resultados de estas pruebas. Argentina, ubicada en la ruta migratoria de la ballena Sei, que viaja desde el Atlántico Sur hacia las costas de Brasil, es un punto crítico para la observación de estas especies durante su travesía.
Durante este trayecto migratorio, es común que los jóvenes se desplacen en pequeños grupos, lo que podría explicar su presencia en la región del Río de la Plata. Las autoridades ambientales han intensificado el monitoreo de la zona ante la posibilidad de que se registren nuevos casos, subrayando la necesidad de proteger a estos animales y su hábitat. La situación destaca la vulnerabilidad de la fauna marina y la importancia de la vigilancia constante en las rutas migratorias.