La tregua en Gaza enfrentó una grave prueba cuando las fuerzas de Israel realizaron ataques letales tras la muerte de dos soldados, a quienes consideraron víctimas de una violación por parte de militantes de Hamas. Un funcionario de seguridad israelí anunció que la entrega de ayuda humanitaria fue suspendida temporalmente, aunque se confirmó su reanudación para el lunes.
Estos ataques ocurrieron poco más de una semana después de que entrara en vigor el alto al fuego promovido por Estados Unidos, que busca poner fin a dos años de conflicto. Más tarde, el expresidente Donald Trump comentó que hubo disparos en Gaza, sugiriendo que podrían no ser atribuidos a Hamas, sino a rebeldes.
Según las autoridades sanitarias palestinas, al menos 36 personas perdieron la vida, incluyendo niños. El ejército israelí declaró que sus bombardeos impactaron varios objetivos de Hamas como represalia por las agresiones a sus tropas. Las víctimas incluyen civiles alcanzados en cafeterías improvisadas, tiendas de campaña y áreas residenciales en lugares como Nuseirat, Bureij, Khan Younis y Beit Lahiya.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó tomar medidas contundentes contra cualquier violación de la tregua, aunque no amenazó con reanudar la guerra. El ejército informó que militantes dispararon contra tropas en áreas de Rafah que deberían estar bajo el control de la tregua, mientras que Hamas negó cualquier responsabilidad, argumentando que su comunicación con las unidades en Rafah ha estado interrumpida durante meses.
El hospital Al-Awda reportó la llegada de 24 cadáveres de ataques israelíes en el centro de Gaza, mientras que el Hospital Nasser registró víctimas en Khan Younis, incluyendo mujeres y niños. Los testimonios de residentes reflejan un temor generalizado ante la posibilidad de un reinicio del conflicto. Mahmoud Hashim, padre de cinco hijos en Gaza, expresó que la población teme “una pesadilla” y solicitó la intervención de mediadores internacionales.
La tensión también aumentó en torno a los cuerpos de rehenes liberados por Hamas, identificando a dos personas muertas en el ataque inicial del 7 de octubre de 2023. Hamas entregó 12 de los 28 cuerpos pendientes, mientras que Israel mantuvo cerrado el cruce de Rafah hasta que se cumplan los compromisos humanitarios y de entrega de cuerpos. Israel, por su parte, ha devuelto a Gaza 150 cadáveres de palestinos, de los cuales solo 25 han sido identificados.
Desde la entrada en vigor del alto al fuego el 10 de octubre, las acusaciones mutuas han marcado su implementación. Hamas denuncia que Israel mantiene presencia militar más allá de la línea acordada, bloqueando alimentos, medicinas y combustible, y limitando la entrada de productos esenciales. Informes indican que solo 29 camiones de combustible y tres de gas ingresaron en nueve días, representando apenas un 7.0 por ciento de lo prometido.
La crisis humanitaria y la falta de provisiones esenciales impactan a cientos de miles de personas en Gaza, según el monitor mundial del hambre. La incertidumbre sobre el flujo de ayuda, combinada con ataques selectivos y restricciones al movimiento de desplazados, aumenta la presión sobre la población civil.
Una delegación de Hamas, liderada por Khalil al-Hayya, se reunió en El Cairo con mediadores y otros grupos palestinos para discutir la continuación del alto al fuego. Las negociaciones se centran en el desarme de Hamas, la retirada israelí de otras áreas y la futura gobernanza del territorio. El portavoz Hazem Kassem reiteró que el grupo no participará en la autoridad gobernante posguerra y aboga por un cuerpo de técnicos para administrar Gaza.
Los esfuerzos de mediadores internacionales, incluidos Egipto, Turquía, Catar y Estados Unidos, han sido fundamentales para restaurar el alto al fuego tras los recientes ataques israelíes, considerados la prueba más seria de la tregua. La ministra británica Yvette Cooper subrayó que la ayuda humanitaria debe llegar a quienes la necesitan y que todas las partes deben respetar el plan de paz de Trump.
La guerra entre Israel y Hamas ha dejado más de 68,000 palestinos muertos, según las cifras del Ministerio de Salud de Gaza, que incluyen tanto a civiles como a combatientes. Miles más permanecen desaparecidos. El ataque inicial de Hamas causó alrededor de 1,200 víctimas, principalmente civiles, y 251 secuestros. Tras los enfrentamientos recientes, el ejército israelí reafirmó su compromiso de continuar con la implementación del alto al fuego y responderá con firmeza a cualquier violación.
La reanudación de la ayuda humanitaria se anunció tras la presión internacional. Los bombardeos israelíes y la resistencia de Hamas revelan las dificultades para establecer un alto al fuego duradero. El flujo de ayuda a través de los cruces fronterizos sigue siendo limitado, y los ataques recientes afectaron áreas densamente pobladas y sitios donde hay desplazados internos. Las coordinaciones entre Egipto, Turquía, Catar y Estados Unidos continúan para mantener la tregua y establecer mecanismos que prevengan futuras violaciones.
Mientras tanto, hospitales, mercados y familias desplazadas enfrentan las consecuencias inmediatas de los recientes enfrentamientos, con decenas de víctimas y daños materiales en diversas zonas del enclave. Según información de la Oficina de Medios de Gaza, desde la entrada en vigor de la tregua el 10 de octubre, 97 personas han muerto y otras 230 han resultado heridas por acciones israelíes, las cuales han sido calificadas como “violaciones flagrantes y claras” de la decisión de alto al fuego y de las normas del derecho internacional humanitario.