Este martes, la Franja de Gaza sufrió bombardeos por parte de Israel, resultando en al menos 11 muertes, a pesar de un alto al fuego que se encontraba en vigor. El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, acusó a Hamas de violar el acuerdo al haber atacado a sus tropas, lo cual el movimiento islamista negó rotundamente.
Tras el ataque, el Vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, afirmó que el alto al fuego se mantenía, aunque reconoció que podrían ocurrir “pequeñas escaramuzas”. En declaraciones transmitidas a través de Fox News y compartidas por la Casa Blanca, Vance indicó que “sabemos que Hamas o alguien más dentro de Gaza atacó a un soldado” de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), pero confió en que la paz promovida por el Presidente Donald Trump perduraría.
Por su parte, Hamas rechazó las acusaciones sobre el ataque a las tropas israelíes y, en cambio, denunció a Israel por “violaciones” al acuerdo de tregua, además de anunciar que se había pospuesto la entrega del cadáver de un rehén que estaba prevista para las 18:00 horas.
La tregua ya había sido puesta a prueba anteriormente, especialmente el 19 de octubre, cuando ambos lados se acusaron mutuamente de quebrantar el acuerdo. A raíz de la situación, Netanyahu ordenó al ejército realizar bombardeos inmediatos en la Franja de Gaza, según un comunicado de su oficina, aunque sin entrar en detalles sobre la naturaleza de los ataques.
La portavoz del Gobierno, Shoh Bedrosian, había indicado que todas las acciones se llevaban a cabo en plena coordinación con Estados Unidos y el equipo de Trump. Israel ha sostenido que Hamas violó el alto el fuego tras la entrega de los restos del rehén Ofir Tzarfati, cuyo cuerpo había sido parcialmente recuperado previamente por el ejército israelí.






























































