En una ceremonia histórica, Carlo Acutis fue canonizado hoy por el papa León XIV en Chicago, convirtiéndose en el primer santo milenial de la historia. Este joven italiano, fallecido a los 15 años en 2006, ha capturado la atención de millones de jóvenes católicos a nivel mundial, gracias a su legado digital y su uso innovador de la tecnología para difundir la fe.
Un santo para la era digital
En una escuela católica de Chicago, estudiantes de quinto grado discuten emocionados sobre la vida de Acutis, leyendo cómics titulados “Disípulo digital”. La parroquia que lleva su nombre ha sido testigo de cómo su figura se ha convertido en un símbolo de esperanza y modernidad dentro de la Iglesia. “Es un chico común que utilizó sus talentos tecnológicos para atraer a los jóvenes a la fe”, comenta el padre Ed Howe, párroco de la parroquia Beato Carlo Acutis.
La popularidad de Acutis no es producto del azar; la Iglesia ha realizado una campaña concertada para presentarlo como un modelo accesible para la juventud, un “vecino santo”. En su funeral, su madre, Antonia Salzano, destacó que Acutis pasaba horas en oración, un acto que resuena profundamente en la comunidad católica, especialmente en tiempos de constante distracción digital.
El legado de un joven prodigio
Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en Londres, pero su familia se trasladó rápidamente a Milán, donde desarrolló desde joven un profundo amor por la tecnología. Su habilidad con las computadoras lo llevó a crear un sitio web sobre los milagros eucarísticos, que ha sido traducido a casi 20 idiomas. Este esfuerzo lo ha convertido en un referente entre los jóvenes que buscan integrar su fe con la modernidad.
Su beatificación en 2020 fue un proceso notablemente rápido, impulsado por el apoyo del papa Francisco, quien creía que Acutis podría ayudar a los jóvenes a reconectar con su fe en esta era digital. La canonización, prevista para este día, se pospuso tras la muerte del papa Francisco en abril, lo que añade un matiz de solemnidad a este evento.
Los jóvenes católicos han acudido en masa a su tumba en Asís, donde pueden verlo a través de una cámara web, disfrutando de un nivel de accesibilidad que ni siquiera los papas enterrados en el Vaticano tienen. “Cuando leí su historia, me impactó su devoción tan temprana a Jesucristo”, comenta Sona Harrison, estudiante de octavo grado en la escuela de Acutis, reflejando el sentimiento de muchos que se sienten inspirados por su vida.
A pesar de su corta vida, Acutis ha dejado un legado que trasciende generaciones. Conocido como “El influencer de Dios”, su capacidad para conectar con los jóvenes a través de la tecnología marca un camino interesante para el futuro de la Iglesia. En una época en la que la fe enfrenta desafíos en el mundo digital, la historia de Acutis resuena como un grito de esperanza para quienes buscan un sentido en la inmediatez de la vida moderna.