El reciente alto el fuego en la Franja de Gaza, implementado el viernes, ha sido recibido como un avance positivo que podría reducir el número de muertes, pero no es un indicativo de que la paz sea inminente en Medio Oriente, según analistas.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, expresó de manera desafiante: “La guerra terminó. ¿Lo entienden?”. Sin embargo, esta afirmación no concuerda con la opinión de muchos expertos que consideran que el conflicto sigue latente. Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó en un discurso que su nación había logrado “enormes victorias” contra Hamás, aunque reconoció que “la lucha no ha terminado”.
El acuerdo de tregua incluye el intercambio de los últimos rehenes israelíes en Gaza —20 vivos y 28 fallecidos— por cerca de 2,000 palestinos detenidos en cárceles israelíes, entre ellos 250 por razones de “seguridad nacional”. A pesar del tono triunfante de Netanyahu y Trump, los especialistas señalan que persisten vacíos que dificultan la posibilidad de una paz duradera en la región.
La académica Talya Iscan, de la Universidad Panamericana, comentó que el alto el fuego es un paso significativo, ya que detiene las hostilidades y podría evitar más muertes, especialmente entre los palestinos. Desde el 7 de octubre de 2023, se estima que más de 67,000 personas han perdido la vida en Gaza, según el Ministerio de Sanidad de este territorio.
Iscan añadió que aunque existen mecanismos de verificación para el alto el fuego, este no debe confundirse con un tratado de paz. “Son pausas operativas que pueden frenar ciclos de venganza, pero también tienen desventajas”, explicó.
Este lunes, los países mediadores del acuerdo —Estados Unidos, Egipto, Qatar y posiblemente Turquía— se reunirán en una cumbre en Sharm El Sheij para firmar un documento que garantice el alto el fuego. Sin embargo, aún no se ha definido qué tipo de garantías se ofrecerán.
Una fuente cercana a Hamás reveló que el movimiento islamista no formará parte del gobierno durante la transición, aunque el desarme sigue siendo un tema clave a discutir. “Hamás acepta una tregua a largo plazo, pero solo usará sus armas en caso de un ataque israelí contra Gaza”, dijo la fuente.
Con el retiro gradual de las fuerzas israelíes, el plan propuesto por Estados Unidos prevé una fase posterior en la que Hamás sería excluido de la administración de Gaza, que controla desde 2007, y su arsenal sería destruido. El plan sugiere que un “comité palestino tecnocrático y apolítico” asumirá el gobierno bajo la supervisión de un nuevo organismo internacional de transición dirigido por Trump.
Aunque algunos países europeos han reconocido al Estado palestino, la realidad de este reconocimiento aún está lejos de concretarse. El plan de Trump no aborda el estatus de Jerusalén, especialmente Jerusalén Oriental, que Israel controla desde 1967 y cuya anexión no es reconocida por la mayoría de la comunidad internacional.
Iscan también destacó que el plan no menciona la situación en Cisjordania, donde han muerto 609 palestinos a manos de fuerzas israelíes o colonos, incluidos 146 niños y ocho mujeres, según datos de la ONU.
Además, el acuerdo no aborda temas relevantes como las restricciones de acceso a lugares sagrados o el régimen en Cisjordania. Recientemente, Israel aprobó un proyecto para construir 3,400 viviendas en territorio palestino, lo que podría fragmentar aún más esta región y complicar la creación de un futuro Estado palestino.
La comunidad internacional sigue atenta a la evolución de este conflicto, donde la paz parece ser un objetivo aún distante y lleno de incertidumbres.
