La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, hizo historia al encabezar la ceremonia del Grito de Independencia en el Zócalo de la Ciudad de México por primera vez en la historia, en el marco del 215 aniversario de este icónico evento. Ante aproximadamente 280,000 asistentes, Sheinbaum resaltó la importancia de honrar a las heroínas y héroes anónimos que han forjado la patria, con un mensaje de libertad y soberanía.
Un Grito con Inclusión
En su discurso, la mandataria no solo celebró a figuras históricas como Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón, y Leona Vicario, sino que también hizo un llamado a la dignidad de las mujeres indígenas y a las comunidades migrantes. “Mexicanas, mexicanos: ¡Viva la Independencia! ¡Vivan las heroínas anónimas! ¡Viva la libertad!”, exclamó con pasión mientras ondeaba la bandera nacional desde el balcón principal de Palacio Nacional.
En una ceremonia llena de simbolismo, la presidenta recibió la bandera de manos de mujeres militares del Heroico Colegio Militar, un hecho inédito que marca un avance significativo en la representación femenina en las fuerzas armadas. Este gesto resalta la importancia de la equidad de género en un evento de tal relevancia nacional.
Tradición y Reconocimiento
La presidenta Sheinbaum también retomó una tradición establecida por el expresidente Andrés Manuel López Obrador, al rendir homenaje a los expresidentes en la Galería de Presidentes, un momento inédito en el que se reconoció el retrato de Leona Vicario, conocida como “Benemérita y Dulcísima Madre de la Patria”. Este reconocimiento subraya la inclusión de la mujer en la historia de México.
Los festejos patrios continuaron con un espectáculo de fuegos artificiales y presentaciones musicales de artistas como la Arrolladora Banda El Limón y Alejandra Ávalos, transformando la Plaza de la Constitución en un vibrante escenario de celebración. Este evento no solo conmemora la independencia, sino que también reafirma la identidad y la unidad del pueblo mexicano en un momento crucial de su historia.
La ceremonia, marcada por la emotividad y el sentido de pertenencia, resuena con la población, quienes, como cada año, se reunieron en el Zócalo para celebrar su libertad y sus raíces. Sin duda, un momento que quedará grabado en la memoria colectiva del país.