NUEVA YORK (EFE).— La llegada de turistas a Estados Unidos ha registrado una baja notable este año, con un descenso del 3.9% en comparación con el periodo anterior, según un análisis de la firma Tourism Economics. Las restricciones impuestas por el presidente Donald Trump, junto con los altos costos de viaje, han contribuido a esta tendencia, especialmente entre los canadienses que muestran reticencia a cruzar la frontera.
Impacto de las políticas de Trump en el turismo
Durante el mes de julio, las visitas internacionales a EE.UU. se redujeron en 3.1%, sin contar las cifras de Canadá y México. Las preocupaciones geopolíticas y una “retórica dura” del gobierno estadounidense han generado un “sentimiento negativo global hacia los viajes a Estados Unidos”, lo que ha afectado las decisiones de muchos potenciales viajeros.
El director de Estudios Industriales en Tourism Economics, Aran Ryan, subrayó que este descenso es el resultado de una combinación de políticas y declaraciones de la administración Trump que han generado incertidumbre. Ejemplos de esto son las “negociaciones comerciales adversas” y las estrictas medidas de inmigración que ha implementado el gobierno.
Menor ocupación hotelera en EE.UU.
La situación se refleja también en la industria hotelera. Hasta julio de este año, la tasa de ocupación de hoteles en Estados Unidos se ubicó en 63.1%, una ligera disminución respecto al 63.5%% del año anterior, según datos preliminares de Costar, proveedor de análisis sobre el sector inmobiliario. La ocupación hotelera ha mostrado una tendencia a la baja durante los meses de verano: en junio, la tasa fue de 68.5%, en comparación con 69.7%% del año pasado.
En julio, la ocupación se situó en 66.4%% frente al 67.2%% del año pasado, y en agosto también se mantuvo en 66.4%%, lo que pone de manifiesto un cambio en el comportamiento de los turistas.
En conclusión, las restricciones de viaje impuestas por Trump y la percepción de Estados Unidos como un destino “menos predecible y acogedor” están provocando una disminución del turismo, que podría tener repercusiones significativas en la economía estadounidense y en la de países vecinos como México y Canadá.